Monasterio románico de benedictinas mandado construir por el obispo de Tui, Hermigio, en memoria del martirio de sus sobrino, el niño Pelayo, por los musulmanes. Fue donado por Doña Urraca al obispado de Tui, en el año 1071. Es posible que fuera un templo anterior y el que se conserva podría ser una reforma posterior en los siglos XII o XIII. Otro documento conocido es la donación de María Núñez, monja de este monasterio al monasterio de San Clodio en 1231. Abandonado desde 1504, fecha en que el papa Julio II, a petición de los Reyes Católicos, anexionó los conventos benedictinos que, con escasos religiosos, vivían dispersos por Galicia. Se convirtió en un priorato administrativo que quedó en ruinas tras la desamortización de Mendizábal de 1835 y pasó a manos particulares.
Una joya románica oculta, olvidada y en un deplorable estado de conservación.
De la edificación inicial queda un cuerpo de edificación rectangular, al que se adosan por uno de sus lados mayores, dos sencillas estancias contiguas. El dintel de una las puertas es una inscripción sepulcral con la representación de una figura femenina. Otra puerta presenta un arco de medio punto compuesto por dovelas aristadas y lisas, volteadas directamente sobre las jambas, asimismo sin molduración de ningún tipo. El tímpano de este arco está formado por una impresionante pieza monolítica labrada por ambas caras. Además, preside uno de los frentes un pantocrátor que sostiene un libro con la mano izquierda y bendice con la derecha. La estancia mayor, hoy sin techumbre, la forman gruesos muros de sillería granítica. Algunos, con motivos decorativos.
Sin protección específica
En ruinas. Abandonado. Usos agrícolas. Desde su abandono ha sufrido graves expolios.
Ruina progresiva por abandono, usos indebidos y daños por la vegetación que lo invade.
2011
Se vende el monasterio de San Paio de Crecente (Pontevedra). Libertad Digital, 3 de abril.