Entre los años 1588 y 1627 trabajaron en él los arquitectos Baltasar Gutiérrez y Juan de Rivero. El palacio ya estaba casi derruido en fosos, muros y torres cuando Antonio de Prado lo reedificó en 1625.
Las pilastras exteriores eran toscanas en puertas y un frontón alto recogía un enorme león rampante. Todo el conjunto del palacio-fortaleza estaba cercado por gruesa muralla con cubos cilíndricos. La capilla era de amplio vestíbulo, arcos, bóvedas, pilastras toscanas, nichos, ábside. Los sepulcros de la familia cubrían los muros. Sus retablos, tablas e imágenes se trasladaron a la Iglesia de Renedo. Los lienzos de las fachadas principales fueron trasladados, piedra a piedra, a León donde se instalaron en el Hospital Nuestra Señora de Regla. Los restos se utilizaron para distintas construcciones de la zona. Del fastuoso palacio, solo se conserva el muro perimetral con algún cubo y bases del edificio del siglo XVII.
BIC
En estado de abandono.
Se ha llevado a cabo la restauración de la fortificación, lo que ha permitido reconstruir los cubos y consolidar la muralla, con un presupuesto total de 196.160,35 euros, sufragados en su mayoría por la Diputación de León.
En riesgo de derrumbamiento. El muro merece ser consolidado.
2020
Un palacio digno de marqueses. Diario de León, 14 de julio
2019
Comienzan las obras que pondrán en valor el Palacio de los Marqueses de Prado en Renedo de Valdetuéjar. Diario de Valderrueda, 11 de diciembre