Uno de los muchos ejemplos del románico rural segoviano. Se encuentra situada en un pequeño promontorio a unos 600 metros del pueblo. Fue construida en la segunda mitad del siglo XIII.
La ermita tiene planta rectangular de una sola nave. Al mediodía del edificio se abría la portada de ingreso, desaparecida en la actualidad junto a la sillería bien labrada que remataba sus vértices y huecos. Debió sufrir importantes problemas estáticos en la cabecera. Sus fábricas, de unos 3 pies de espesor, amenazaban ruina por los empujes de las bóvedas y un mal asiento sobre el terreno. Por tal motivo, se vieron obligados los maestros canteros a añadir, una vez terminada la construcción, tres potentes estribos apuntalando los costados norte y este de la misma, que contrarrestaran los empujes de las bóvedas. El costado norte de la nave todavía se corona por los canecillos de sostén del alero, desgastadas sus formas por la lluvia y el viento. Cubre aguas la cabecera con bóveda de cañón sobre dos fajones apoyados en ménsulas trapezoidales lisas, empotradas en la imposta perimetral. La plementería es de lajas, revocada en origen como el resto de mampostería careada y sillarejos de sus fábricas. Se remata la cabecera con bóveda de horno o de cuarto de esfera sobre el ábside, en precario equilibrio por los empujes producidos debido al peso de la misma, con importantes grietas que los estribos añadidos al exterior intentaron, sin mucho éxito, frenar. Existen también importantes grietas verticales en todos los extremos de la nave, consecuencia de los empujes producidos por el derrumbe de la armadura de cubierta. Esta debió ser de par y nudillo con tirantes, dadas las luces de nueve metros que debía salvar.
Otro
Ruina. Techumbre hundida.
Hundimiento definitivo de las bóvedas de medio cañón y de horno de la cabecera, aparte de las propias fábricas ya dañadas por expolio.