Puente Mocho

PATRIMONIO CIVIL, Vías de comunicación históricas

Información general

Historia:

Puente romano sobre el río Guadalimar, en la vía secundaria denominada «Camino de los Cartagineses» (Almendral Lucas, 1984), un nuevo ramal de la vía Augusta que, según hipótesis, conectaría más directamente Cástulo con Carthago Nova. Se encuentran restos de un tramo de calzada a la salida de este puente, aunque mal conservados. En la zona se sitúa en el yacimiento arqueológico Terrazas del Guadalima, una zona arqueológica inventariada y catalogada como uno de los yacimientos más antiguos de Andalucía que data del Paleolítico Inferior.

Santa Teresa y San Juan de la Cruz utilizaron este puente.

Descripción:

La construcción, con aparejo de grandes sillares colocados a cuerda y tizón, denota una gran perfección técnica con la que se consigue un resultado de gran solidez como demuestra la pervivencia del puente hasta nuestros días.

Según Almendral Lucas (1984), su planta está compuesta por un tramo recto adosado al estribo derecho, otro también recto adyacente al izquierdo, y uno en S ciego, que une a los dos anteriores. La longitud es de 97,75 m., y el ancho comprendido entre 4,50 y 4,75 metros.
En la margen derecha hay un camino de acceso de 6 m. de anchura, enlosado, paralelo al río, y en la parte central en S restos de otro, que se ve bien en el lado de aguas arriba.

En alzado, el puente, descrito desde aguas abajo, consta de camino de acceso, primer tramo recto con cuatro arcos, dos pequeños de aligeramiento y dos grandes de 7,60 y 7,85 m. de luz, bóvedas con boquillas de sillería y tímpanos de mampostería de gruesos mampuestos careados.

El arco más próximo al estribo derecho, término de Chiclana de Segura, es asimétrico; el lado izquierdo es una especie de arco rampante y en cambio el derecho es de medio punto. El otro arco grande no tiene esa anomalía. El tramo de puente próximo al estribo izquierdo es más bajo; tiene dos arcos de medio punto, sillería clásica romana con tajamar del lado de aguas arriba parcialmente destruido.

Grado de protección legal:

BIC

Intervenciones:

2017. Las obras finalizan en marzo: «los trabajos han consistido en asegurar la estabilidad de las cimentaciones y consolidar la estructura de las bóvedas y demás elementos de soporte, procediendo a la reposición y mejora de piezas de sillería. También se ha incidido en la mejora del comportamiento hidrológico del río Guadalimar en las inmediaciones de la infraestructura y la desviación del cauce. Asimismo, se ha restaurado la vegetación de las zonas aledañas.»

2016. Se inicia un proyecto de restauración total del puente.

Estado de conservación:

Se encuentra en un avanzado y progresivo deterioro, peligrando su configuración estructural. Al paso del tiempo y al hecho de que no se ha acometido ninguna intervención de relevancia, se suman, las fuertes crecidas del río en los últimos años que han agravado su estado. Muy erosionado por su parte norte, la que recibe mayor fuerza de la corriente, con amenaza de derrumbe de los sillares que la comparten. Colonización y alteración de la fábrica por líquenes y plantas. La colonización de plantas superiores en el puente es de cierta gravedad, concretamente en la parte superior del arco anteriormente mencionado, donde ha enraizado una higuera que podría provocar un ensanchamiento de las grietas ya detectadas en su paramento.

Por todas las singularidades que engloban este conjunto de patrimonio integral donde se ubica (medioambientales, patrimoniales, culturales y etnográficas), el Puente Mocho debiera restaurarse, ponerse en valor  y ser declarado BIC.