El Puente Blanco fue construido por los vecinos de la zona en el siglo XVIII para unir las localidades de Cifuentes y Villahibiera, separadas por el río Esla. Nunca llegó a ser utilizado pues, a poco de ser terminado, el río Esla varió su curso durante una riada volviendo a dejar separados a ambos pueblos.
El puente fue edificado con sillares perfectamente escuadrados y unidos entre si por argamasa de color blanco (de ahí su nombre). Presenta tres ojos con tajamares agudos al norte y redondeados al sur.
Ha desaparecido una gran parte del recubrimiento, quedando al descubierto su núcleo de tierra, cascotes y mortero de cal. También han desaparecido los petos. Las claves se muestran en la rasante alomada del puente ya que de ella ha desaparecido también todo rastro del pavimento. Los estribos se abren al eje del puente y se encuentran bastante deteriorados y recubiertos de maleza. Además, el izquierdo, aguas arriba, ha sido socavado, y se mantiene como un muro exento separado de terreno. Se conserva en general en mejores condiciones la parte norte que la sur.
Según comentan los vecinos, no existe casa alguna en Villahibiera que no usara alguna de las piedras del puente para su construcción. El puente se sitúa en plena vega rodeado de frondosas choperas, recientemente taladas, a ambos lados del río, dejando ver el puente en todo su «esplendor».
Sin protección específica
Abandonado y en ruina progresiva con acumulación de vegetación.
Pérdida del edificio por el abandono del mismo y la acción de la vegetación. Expolio de piezas. Repoblación de árboles tan cercanos al puente que cuando crezcan causarán daño a la estructura.