En este lugar fue establecido un castro en la Edad del Bronce con continuación en la Edad del Hierro (siglo VI a. C), en donde el pueblo de los vettones creó un recinto amurallado e incluso esculpió una serie de verracos ubicados hoy en la Plaza de San Antonio.En la época musulmana (siglo X) se instaló una atalaya en su cima (actual ábside de la iglesia). En lugar de castillo al uso, encontramos un recinto amurallado medieval. La torre musulmana de planta circular, del siglo X, fue recibiendo diversos añadidos, hasta convertirse en la ermita de Nuestra Señora del Castillo. En la época de la Reconquista, hacia 1250, se inició en torno a esta atalaya la iglesia mudéjar de Nuestra Señora del Castillo y se estableció la población de Castillo de Bayuela, que obtuvo el título de villazgo el 12 de octubre de 1393 por Enrique III el Doliente para pasar, poco tiempo después, a ser señorío jurisdiccional de Ruy López Dávalos.
La función que tuvo la torre, según los estudios documentales, fue la siguiente: en el siglo X como una atalaya musulmana vigía que conectaba con la atalaya del Cerro de San Vicente y otras de su entorno; a mediados del siglo XII como una torre vigía cristiana; desde 1250 hasta 1482 como iglesia matriz del señorío de Castillo de Bayuela; entre 1482 y 1598 se produce un abandono de la iglesia y se convierte en ermita aunque ya se encontraba en ruinas; entre 1598 y 1610 se hace una reconstrucción y limpieza de la ahora ermita para la celebración de una romería anual de todos los pueblos de la jurisdicción de Castillo de Bayuela, hasta 1780. Finalmente, a partir de ese año queda nuevamente en abandono por la suspensión de la procesión y a causa de un incendio, para después pasar a manos privadas hasta la actualidad.
La iglesia es una construcción levantada en piedra, primando la técnica de mampostería, a excepción de algunas partes en donde el sillarejo o el ladrillo destacan notablemente. En términos generales, es un edificio de una sola nave, cuyo acceso se sitúa en el lado norte, con un “aparente transepto”, que no lo fue como tal, y un solo ábside. Aunque esta es su apariencia estructural, los muros denotan que no se levantó en un mismo tiempo y que su morfología es producto de diversas ampliaciones. La primera fase fue levantar en el siglo X una atalaya musulmana de planta circular cuyos muros estaban formados por mampostería y sillarejo y decorada con algunas verdugadas de piedra, así como la conservación de dos mechinales. Esta estructura se aprovechó como ábside de la nueva iglesia. La siguiente fase fue aprovechar la atalaya e iniciar el cuerpo de la iglesia adosado a ella, para así cumplir con la estructura más básica de una iglesia, una nave para los fieles y un ábside donde acoger la imagen principal. Dicha nave estaría cubierta por una techumbre de madera a dos aguas con un eje este-oeste. En esta fase se realiza la portada mudéjar en ladrillo formado por arco de medio punto, enmarcada en alfiz y con decoración de una banda de ladrillos en esquinilla. En una tercera fase, se añadiría el muro Este, a los lados del ábside, para formar dos espacios funcionales y unir así la iglesia a la nueva torre que ya estaría levantada. La cubrición de esta cabecera seguiría siendo en madera, con cubierta a dos aguas y eje este-oeste. A continuación se añadiría el volumen sobresaliente en el lienzo norte, con posible función de “capilla o sacristía”. Esto provocaría un cambio en cuanto a la altura de la iglesia, dado que se produjo una elevación de todo el edificio. La cubrición seguiría siendo en madera a dos aguas pero con dos ejes contrapuestos, uno en dirección norte-sur para cubrir el cuerpo de la iglesia y otro en dirección este-oeste para el falso “transepto” o cabecera.
En lo que respecta a la torre, resulta ser un ejemplo muy llamativo de arquitectura medieval en la sierra de San Vicente, cumpliendo una función defensiva pero de fabricación cristiana. En sus paredes se denotan diversas reformas y ampliaciones. Posee planta cuadrada con esquinas redondeadas por el lado este. Los lienzos norte y este no se encuentran unidos a los lienzos sur y oeste, lo que correspondería a dos fases distintas, y en la esquina suroeste, con el objeto de reforzar la construcción, se levanta un pilar que a su vez parece ser un añadido. Interiormente, posee dos alturas, una primera estancia cubierta por una bóveda tumida en ladrillo (formada por la prolongación de un arco de herradura apuntado) y con un acceso, abierto en el lienzo oeste, por medio de un arco ligeramente apuntado en este mismo material. Una segunda altura está formada por el cuerpo de campanas, con dos grandes arcos de medio punto en ladrillo, en los lados norte y este y un arco de medio punto en piedra en los lienzos sur y oeste. La utilización de los aparejos de mampostería y sillarejo con verdugadas de ladrillo (notablemente dibujados en el interior del primer cuerpo y en el exterior del lienzo este), el revestimiento decorativo a base de encintados calizos, el testigo de diversos mechinales o el empleo de la bóveda tumida en su interior, indican que la torre se realizó, posiblemente, por alarifes mudéjares tomando algunas influencias estructurales o decorativas de la arquitectura almohade del siglo XIII.
BIC
Recientemente se ha realizado una poda de la vegetación extramuros.
En proceso de ruina. Muchos fragmentos del lienzo de la muralla han caído y otros han desaparecido al ser reutilizado su material. La ermita también se encuentra abandonada y muy deteriorada: se conserva el perímetro de sus muros, pero la torre sufre una grieta de importancia en su fachada oeste.
Ruina progresiva motivada por el abandono generalizado. Crecimiento de vegetación en su interior y junto a los muros. Grandes grietas en algunos paredones.
Bibliografía
Gutiérrez Pulido, David. «La antigua iglesia de Nuestra Señora del Castillo (Castillo de Bayuela, Toledo): Apuntes para su estudio», Cuaderna, nº 18-19. Colectivo Arrabal. Talavera de la Reina (Toledo). 2010-2011, pp.101-123.