Los restos de la torre, en su momento, pertenecieron a la fortaleza medieval hoy desaparecida y fechada en la época inmediatamente posterior a la conquista castellana y al Pacto de Jaén. Las fuentes documentales constatan que estuvo poblaba en 1347. Sin embargo, el único testimonio que se tiene de ello es el dibujo de Ximena Jurado.
Por los restos encontrados en la zona, el lugar ya pudo estar habitado hacia 2700 – 2500 a.C. (Edades del Cobre y del Bronce) y fue aumentando paulatinamente su población hasta alcanzar su máximo esplendor en época romana, cuando, según Ximena Jurado, se llamaba Ordo Batores.
Actualmente, solo queda un torreón de planta cuadrada de mampostería, así como un montículo que podría albergar restos y otros vestigios. En el entorno son abundantes los restos de cerámica medieval.
Algunos testimonios del siglo XVII, lo describían como un despoblado con algunos cortijos y un castillo de forma triangular, con torreones en los vértices, uno de los cuales es el que subsiste, y una torre del homenaje en el centro.
BIC
Ruina avanzada.
Riesgo de colapso de los muros que aún sobreviven.
Bibliografía
Ximena Jurado, Martín de, Antigüedades del reino de Jaén, Baeza, 1639, Ms 1189 de la Biblioteca Nacional.