La construcción del castillo de Montealegre se ha adjudicado durante un buen tiempo a Pedro Fernández de Velasco, datándola en el siglo XIV. Sin embargo, Gonzalo Miguel Ojeda cita, como su gobernador, al Conde de la Bureba, Don Gonzalo Salvadores, siéndolo durante el reinado de Alfonso VI. Si se tiene en cuenta que su reinado se extendió desde 1065 hasta el 1109, se abarcarían los siglos XI-XII y no el siglo XIV, como se afirma.
Julián García Sainz de Baranda, en su libro Apuntes sobre la Historia de Las Merindades Antiguas de Castilla, expone la hipótesis de que se trataría de una torre de defensa del paso de Tartalés de los Montes. Ruiz de Osaba da otra aproximación que corrobora, en parte, la anteriormente descrita, ya que todo apunta a que Montealegre formó parte de un enlace fortificado con el fin de unir entre sí los castillos de Tedeja, Frías y Medina de Pomar. Según el autor, cabe pensar que debería de haber existido otra más antigua que ocupaba el lugar de la actual, justificando de esta manera tanto la reconstrucción posterior de Montealegre en sillería, perfectamente visible en la actualidad, como su posesión por parte de los Velasco más adelante, sobre 1369, cuando Medina de Pomar pasó a ser propiedad indiscutible de Don Pedro Fernández de Velasco. Se apunta que en el testamento que refleja el patrimonio del buen Conde de Haro, sí figura el Castillo de Montealegre “en la ladera norte de la sierra de la Tesla sobre el lugar de Val de la Cuesta». Cerca de esta fortaleza pasaba una vía que desde Quintanalacuesta, ascendía la Tesla, a través del Portillo de Medina, llegando a Vallehermoso y Tartalés de los Montes, siendo de esta manera, un paso intermedio entre los dos desfiladeros del Ebro: los Hocinos y la Horadada. En este sentido se creó una línea defensiva: Pancorbo-Frías-Oña-Tedeja-Cuevarana-la Tesla, con un único fin primigenio: defenderse de las continuas incursiones, como las germanas, caso de la construcción de la primera fortaleza de Tedeja. Más adelante su función sería asentar el poder visigodo, como sostiene Alexandra Chavarría (2012) en contraposición a Quirós y Tejado (2012) que sostienen que este tipo de fortificaciones no tuvieron carácter militar sino de gestión económica.
En cualquier caso, la línea defensiva parece existir, aglutinando diversas fortificaciones: Tedeja defendía el paso de la Horadada, una de las entradas al Valle el de los Hocinos; en la falda S encontramos el Castillo de Toba y en la falda N nos encontramos con Montealegre (ambos formaban, a su vez, otra segunda línea defensiva). Con todo lo descrito, podemos llegar a la conclusión de que se trata de una línea defensiva.
El cerro que ocupa esta fortificación viene a medir unos 400m, siendo los más nivelados del mismo, ya que está completamente rodeado de precipicios y de piedras sueltas a su alrededor.
La planta es cuadrangular y mide aproximadamente 20×20, con un alzado superior a los 3 mts. Los muros alcanzan un grosor de alrededor de 1,25 m y sorprende la ausencia de vanos en los restos que aún quedan en pie, a excepción de la puerta de la cual no se conoce cuál fue su estructura original. Esta entrada va precedida de algo parecido a una rampa de acceso, irregular, prácticamente desaparecida. Hay una ausencia total de estructuras definidas pero se puede ver de manera muy clara la línea de improntas que corresponden a un piso superior. Probablemente tuvo dos para el encaje de las cubiertas, sin estar esclarecido el uso que le pudieron dar.
BIC - Bien de Interés Cultural
Se encuentra en estado ruinoso.
Es una parte fundamental en la línea defensiva de la comarca de Las Merindades.
Bibliografía
Bohigas, R.,Campillo, J.,Churruca, J.A., «Carta Arqueológica de la provincia de Burgos. Partidos judiciales de Sedano y Villarcayo», Kobie, nº 15. 1984, P. 68.
Cadiñanos Bardeci, I., «Arquitectura de Medina de Pomar (Burgos)». Boletín de la Institución Fernán González. 1er sem. Nª 184, 1975, p. 501-526.
Cadiñanos Bardeci, I., La Merindad de Cuesta Urria, Burgos, 1995. p. 132.
Camino, I. G., «Espacios de frontera y arqueología entre la antigüedad y la Alta Edad Media. El caso de Vasconia», Nailos, 2016, 191-219.
Esteban, J. Á. L., «Territorio, guerra, fronteras y castillos: Castilla, la fortificada frontera oriental de Asturias», Nailos, 2019, 323-372.
Esteban, J. Á. L. (1997). «De la Tardoantigüedad a la plena Edad Media en Castilla a la luz de la arqueología», «VII Semana de Estudios Medievales: Nájera, 29 de julio al 2 de agosto de 1996», 1997, Instituto de Estudios Riojanos, pp. 297-330.
Gil Crespo, I. J., Fundamentos constructivos de las fortificaciones fronterizas entre las Coronas de Castilla y Aragón de los siglos XII al XV en la actual provincia de Soria, Doctoral dissertation (arquitectura), 2013.
Lázaro, Á. L. P., García, M. J. N., & Roldán, R. B. (2012). «La fortaleza de Tedeja en Trespaderne y el castillo de Poza de la Sal (Burgos): variables arqueológicas para el análisis de la articulación del poder local en el tránsito de la tardoantigüedad a la Alta Edad Media en la Castilla del Ebro» en Los castillos altomedievales en el noroeste de la Península Ibérica, Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, 2012; pp. 263-290.
Lecanda, J. Á., Civitas, castellum, vicus aut villa en el ducado de Cantabria. El panorama urbano y las formas de poblamiento en el ducado de Cantabria. Espacios urbanos en el occidente mediterráneo, Toledo, 2010; pp. 229-238.
López Martínez, N., «Notas sobre la historia de Mijangos», Boletín de la Institución Fernán González, 2000/1, Año 78, n. 220, p. 7-42.
Magro, M. D. C. A., «Las Merindades de Burgos 300 ac-1560 (Vol. 1)». ACCI (Asoc. Cultural y Científica Iberoameric.), 2016.
Miguel Ojeda, G., «Torres y castillos burgaleses [3]:(conclusión)», Boletín de la Institución Fernán González. 1er sem. 1962, Año 41, n. 158, p. 41-52.
Osaba y Ruiz de Erenchun, B., «Poblados, monasterios y castillos desaparecidos en la provincia de Burgos: Moenia sacra», Boletín de la Institución Fernán González. 1er sem. 1966, Año 45, n. 166, p. 22-61.
Quirós Castillo, J. A., Azkarate Garai-Olaun, A., Bohigas Roldán, R., García Camino, I., Palomino Lázaro, Á. L., & Tejado Sebastián, J. M., Arqueología de la Alta Edad Media en el Cantábrico oriental, 2009.
Roldán, R. B., Cueva, J. C., & García, J. A. C., «Carta arqueológica de la provincia de Burgos: Partidos judiciales de Sedano y Villarcayo», Diputación Foral de Vizcaya, 1984.