Casa Zapata o Casa del Tío Lobo

PATRIMONIO CIVIL, Palacios

Información general

Historia:

La Casa Zapata o Casa del Tío Lobo, construida a finales del siglo XIX, fue residencia de Miguel Zapata «El Tío Lobo», empresario responsable de la explotación minera en la Sierra de Cartagena-La Unión a finales del siglo XIX. De estilo modernista, su construcción fue encargada a Victor Beltrí, considerado el mayor exponente del modernismo en la zona de Cartagena. En el año 1913 Victor Beltrí realiza el proyecto para añadirle el segundo piso, manteniendo en la planta baja las oficinas y en la superior la vivienda. En la gran mansión, además de su esposa e hijos, vivía José Maestre Pérez, casado con su hija Visita. Posteriormente fue utilizada por sus hijos como residencia veraniega.

En el año 2002, fue declarada Bien de Interés Cultural debido a sus características y su estilo arquitectónico. En la actualidad, la casa del Tío Lobo o Casa Zapata es propiedad de la compañía Portman Golf S.L., y se encuentra semi-abandonada y en mal estado.

Descripción:

Aunque actualmente podemos observar que junto a la vivienda principal hay un edificio anexo, nada tiene que ver este, en cuanto a estructura y acabado, con la fachada principal, pudiendo considerarse como un edificio de oficinas. Si nos ceñimos a la arquitectura principal, el diseño de Beltrí destaca sobre todo porque es solamente la fachada la que concentra todo el estilismo modernista, tan desarrollado por el arquitecto catalán. En una amplia parcela vallada y con jardín se extiende esta finca, que llama la atención por el número de ejes verticales que enseña en su exterior, más de una decena.

La casa cuenta con dos plantas y un ático con terraza. En las dos plantas coincide, en vertical, cada uno de los vanos. En la primera planta, en la que se abren algunas puertas de entrada, los vanos son amplios y enrejados. En la segunda planta se abren puertas con contraventanas de madera de tipo mallorquín, y que dan a balconcillos enrejados de forja, sobre ménsulas de piedra, que destacan por la intensa ornamentación de sus dinteles, que dan un toque de neobarroquismo al exterior, contrastando con las líneas adustas del almohadillado de toda la fachada.

Mención especial, en el exterior, merecen los miradores. Uno de ellos, dando al jardín, de aspecto muy similar al de tantos otros de casas de finales del siglo XIX y principios del XX, aunque en su estructura advertimos que es un balconcillo, con tres ménsulas en la base y forja, cerrado con ventanales enmarcados en madera. El mirador que da tanto a la calle como al jardín, situado en la esquina de la fachada principal, sorprende por su cúpula de aire oriental y la alta aguja con la que corona su tejado de zinc. Este mirador mezcla la forja con las molduras de madera de los ventanales.

El ático, rodeado por una sencilla rejería con machones de mampostería, es el único elemento que une esta fachada principal con el edificio anexo a ella y que, estéticamente, no tiene nada que ver con la vivienda; de hecho, no participa de su zona ajardinada, sino que da a otra de las calles en las que se extiende la finca. Este edificio anexo es de ladrillo visto, muy sencillo en los elementos que dividen las dos plantas de su estructura, quizá se tratara de dependencias para oficinas.

Grado de protección legal:

BIC - Bien de Interés Cultural

Estado de conservación:

Ruinoso. Ventanas tapiadas, paredes agrietadas y cubiertas semihundidas. Los muros del jardín ya han cedido y han sido reconstruidos con hormigón.