Hay escasa información sobre la historia de este inmueble. La zona del Campo de San Vicente toma su nombre de una antigua iglesia que existió en el lugar y que fue reemplazada en el siglo XVI por la iglesia de Nuestra Señora de los Esclavos al edificarse el Colegio de los Niños de la Doctrina. Las casas que tenía la cofradía en la zona medían entre todas más de dieciocho varas con piso bajo y alto y una de ellas, con corral. A mediados del siglo XVIII, estaban arrendadas en 88 maravedíes cada una y la del corral, en 110.
Esta casa en cuestión ocupa el espacio de una antigua ermita dedicada a Santa Elena, en donde se veneraba su imagen y cuatro casas que pertenecían a la cofradía. Al extinguirse, pasaron a la Obra Pía de la casa de Niños Expósitos. En 1781 pasaron a Don Simón Rodríguez Laso, dignidad de maestrescuela de la Catedral. Sus tasadores fueron los arquitectos Juan Marcelino de Sagarbinaga y José Ortiz en más de once mil maravedíes, firmándose la venta el 27 de octubre de ese año. Las propiedades se fundieron en un solo edificio y más tarde pasó a manos del musicólogo mirobrigense Dámaso Ledesma y al morir este, a su familia. Actualmente, continúa siendo propiedad particular. En esta calle hubo casas nobiliarias de los mayorazgos de los Escobar, Barba Osorio, y Pacheco-Melgar, de la que encontraron restos bajo el adarve de la muralla, junto a la casa que nos ocupa.
Casa cuyas fachadas laterales dan a la calle Estacadilla y a la muralla, con planta de salón. Mide unos quince metros de ancho en su fachada principal y unos veinticinco de largo en sus laterales en un tramo de la misma donde podemos observar algunas edificaciones, muy deterioradas, delimitadas en la zona del adarve defensivo por paredes de bloques de hormigón totalmente antiestéticas y en franca disonancia con la zona.
Esta construcción, de dos pisos, actualmente en estado de ruina y con su interior invadido en su totalidad por la maleza, pone de manifiesto la importancia que tuvo en su tiempo.
Se accede por un jardín enrejado. La fachada principal, de paramento isódomo, se abre a un lateral del mismo. Se compone de dos cuerpos y dos calles, destacando la de la derecha la cual posee un escudo ovalado sobre cartela, una cruz latina clavada en las piedras y al pie de la misma, una calavera, bajo el balcón y sobre la puerta principal, coronada por un arco escarzano. Siendo este el emblema de la cofradía en Ciudad Rodrigo. El segundo piso abre una sencilla ventana cuadrangular. La calle de la derecha, abre en su segundo piso un vano con recercos que poseía un balcón hoy desaparecido. El remate tenía una cubierta a dos aguas. En la mencionada zona verde se encuentra una construcción auxiliar que perteneció a la cofradía, también en estado de ruina.
La fachada de la calle Estacadilla, de configuración sencilla, sin decoración, aunque se levanta con muros de sillería compuesto por piezas de gran tamaño, se halla muy deteriorada en su primer tramo, el cual permanece apuntalado y con una capa de enlucido. Posee puerta de acceso. El segundo, también con una puerta de acceso auxiliar y sin enlucido denota que la propiedad estuvo dividida durante un tiempo. Alguna ventana conserva su enrejado.
Por el contrario, la fachada, que da al paseo de la muralla se erige con sillarejo, reservado el ladrillo para rodear sus partes vivas. El primer piso debido al desnivel se encuentra bajo el nivel del propio adarve del cinturón defensivo de la ciudad.
Grado de Protección Ambiental
Actualmente se halla en ruina.
Importancia histórica, arquitectónica y urbanística para un Conjunto-Histórico Artístico como Ciudad Rodrigo.
Enlaces
Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Ciudad Rodrigo. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.
Bibliografía
Salazar y Acha, M. P., Heráldica de Ciudad Rodrigo. Ed. Hidalguía. Madrid, 2016.