La localidad de Villalba de los Morales, aunque actualmente pertenece al término municipal de Caminreal (Teruel), formaba parte de la antigua Sexma del río Jiloca, en la Comunidad de Aldeas de Daroca, durante la Edad Media y hasta la Edad Moderna en el siglo XIX.
Lo más probable es que la ermita de San Bartolomé, situada en esta localidad, fuese construida en el siglo XV por la tipología arquitectónica gótico-mudéjar que presenta. Los mudéjares fueron aquellos musulmanes a los que se les permitió seguir viviendo en el territorio conquistado por los cristianos durante la llamada Reconquista. Aragón es una de las zonas de la península donde destaca especialmente la mano de obra islámica y las construcciones en estilo mudéjar, como bien atestigua este edificio religioso.
La ermita se encuentra emplazada a las afueras de la localidad de Villalba de los Morales, actual pedanía de Caminreal, en la provincia de Teruel, junto a la carretera de entrada a la población.
El edificio religioso consta de una sola nave con tres tramos y dos arcos perpiaños, realizados en mampostería y cantería, con cubierta de madera a doble vertiente. La portada, de medio punto, aparece en el lado de la epístola. En el hastial del lado oeste hay tabicado otro arco fajón apuntado. La ermita tiene al sur, de forma anexa, un conjunto de edificaciones construidas en mampostería en una composición arcaica. En el interior se conservan dos pinturas de dos leones sobre fondo negro.
Sin protección específica
El edificio se encuentra en situación límite y al borde de la ruina total. Los muros exteriores mantienen la estructura del edificio todavía visible, pero el techo ha colapsado completamente, llenando de ruinas el interior del edificio. Se mantienen en pie dos de los tres arcos perpiaños divisores de los tramos. El tramo oeste del edificio y el tercer arco divisorio prácticamente han desaparecido, a causa del abandono. Ha crecido vegetación en su interior. No se descartan acciones de expolio, pues toda la decoración interior y mobiliario ha desaparecido.
El edificio se encuentra al borde de la desaparición, a pesar de su antigüedad y valor arquitectónico como ejemplo de arquitectura mudéjar.