Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Morrano

Iglesias y capillas

Información general

Historia:

El templo se comenzó a construir a finales del Siglo XI y se levantó a principios del Siglo XII, cuando el obispo de Huesca se la entregó al monasterio de San Ponce de Torneras. En 1279 pertenecía al monasterio de San Pedro el Viejo de Huesca y en 1566 era propiedad de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. La iglesia es un ejemplo muy significativo de los avatares políticos, económicos y artísticos en el medio rural del Alto Aragón. Los estilos arquitectónicos en este templo son variados, poseyendo cuatro: románico, mudéjar, gótico tardío y barroco. El románico lo encontramos en la base, los muros de piedra, la bóveda de cañón, el ábside de tambor y los dos primeros tercios de la torre, la cual cuenta con un parteluz en su cara norte, decorado con motivos vegetales.

La iglesia se reformó por primera vez en el año 1643. Se construyó el coro a los pies, se levantaron las bóvedas estrelladas y, por último, la torre se alzó ornada en rombos de estilo mudéjar, siendo su parte final de ladrillo. Esta torre, que actualmente no cuenta con ningún tipo de reconocimiento, es el único ejemplo de estilo mudéjar en el norte de Aragón. En 1723 se volvió a reformar y agrandar la iglesia. Esta vez se abrieron dos capillas laterales, de estilo barroco. El altar mayor del templo , por su parte, muestra un retablo también de estilo barroco, posiblemente del siglo XVII, de columnas salomónicas recorridas por racimos de uvas que picoteaban algunos pájaros. Este retablo fue destruido durante la Guerra Civil y fue sustituido posteriormente por San Pedro, San Fabián y San Sebastián, patronos de la iglesia y del pueblo.

Descripción:

Se trata de un templo de nave rectangular, rematada por ábside semicircular, con una esbelta torre del siglo XII. En 1643 se realizó una ampliación por los pies y elevación de las bóvedas, y finalmente se construyeron dos capillas laterales en el crucero, ornadas con trazas populares en 1713. La puerta de acceso se sitúa a los pies, precedida por un atrio cuadrangular abierto por su frente, con un arco muy rebajado y cubierto con bóveda encamonada. La portada es en arco de medio punto, con trasdós e intradós moldurado, sobre jambas rematadas por una pieza con molduras escalonadas a modo de sencillo capitel. En el interior, la nave se encuentra dividida en dos tramos, cubiertos por sendas bóvedas de crucería estrellada con complejos diseños, mientras que el presbiterio y el ábside conservan sus cubiertas originales románicas, mediante bóveda de cañón y bóveda de horno respectivamente.
De época románica quedan los muros de la nave central, el presbiterio y la torre con ventana ajimezada al norte. En la primera mitad del siglo XVII se levantaron nuevas bóvedas estrelladas, se hizo el coro y sobreelevaron las fachadas rematadas por series de ventanas de arquillos, siguiendo el modelo del gótico aragonés. La torre se recreció con un remate para añadirle un cuerpo más en ladrillo, que lo decora con rombos al estilo mudéjar. En el siglo XVIII se produjo la apertura de las capillas laterales, simétricas a modo de crucero. La decoración se realizó con gustos muy barrocos y populares. En las pechinas se representa a Cristo en cuatro escenas de la Pasión. En las dos capillas hay muestras de azulejería, abajo, y de una profusa ornamentación en yeso que llega hasta las cúpulas. Bajo el coro hay un cancel cuarteado y en un rincón está el baptisterio. La pila es monolítica de arenisca y se cierra con una verja de hierro, obra del herrero local.

Grado de protección legal:

Sin protección específica

Estado de conservación:

Actualmente su estado es bastante delicado. La iglesia lleva cerrada al público desde al año 2016, tras el desprendimiento de un par de nervios de la bóveda central. Los tejados se repararon en el año 2014, salvo el de la torre, eliminando las numerosas goteras existentes. En la actualidad existen cuatro problemas separados: la torre, las bóvedas del interior, las escaleras de acceso al tejado y el antiguo granero anexo al templo.
En la torre, la parte más deteriorada que hay es el último tercio y además el más valioso, el añadido de ladrillo mudéjar. Presenta goteras y grietas que ponen en peligro su propia integridad. El resto de la torre, románica, al tratarse de piedra se encuentra en mejor estado de conservación, a pesar de ser la parte más antigua.
Respecto a las bóvedas, la parte del coro lleva apuntalada desde el año 1993, lo que ha provocado que el suelo del coro se haya agrietado y corra peligro de hundirse, al no estar preparado para sujetar tal peso. En el año 2016 se produjo la caída de dos tramos de nervios de la bóveda central, y desde entonces la iglesia está cerrada. Por el momento la estructura no corre peligro, tan solo pequeños tramos aislados, pero si no se actúa, con el tiempo si que podría peligrar la bóveda en sí.
El tercer problema son las escaleras que dan acceso al coro y a los tejados. En el exterior, las fachadas de tapial se encuentran muy desgastadas tras el paso del tiempo y de los elementos, lo que ha provocado en el interior importantes grietas, corrimientos y agujeros en las paredes, los cuales pueden llegar a poner en peligro la propia integridad de la estructura.
El último problema es el edificio anexo al templo, llamado Diezmos y Primicias. Se encuentra adosado al edificio por su parte norte. Su propiedad corresponde al Obispado de Huesca. En la actualidad se encuentra en ruinas, quedando solamente la base de la fachada, y su interior se encuentra sin sanear con los escombros dentro, lo que provoca un grave problema de humedades y raíces a esa parte del templo.