La ermita se construyó a primeros del siglo XVIII. Desde su edificación hasta la actualidad ha tenido diferentes usos, siendo el inicial, el religioso. Según el testimonio recogido del archivo de la catedral de Málaga el 8 de noviembre de 1720, se dice que la ermita se destinó inicialmente a San Antonio Abad. En 1752, según el Catastro de la Ensenada, la ermita estaba dedicada a la Veracruz. Y, finalmente en el diccionario de Pascual Madoz de mediados del siglo XIX, se dice que la ermita está bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores.
En la segunda mitad de ese siglo XIX, hubo una epidemia de cólera en Monda y la nave de la ermita se utilizó para acomodar a los enfermos más graves que no tenían posibilidades de sobrevivir. A finales de siglo, la ermita se dividió en dos partes, por un lado la nave, que fue utilizada, como aserradero de madera primero y después como taller mecánico. Finalmente, y tras años cerrada, fue demolida para construir un edificio de viviendas.
Por otro lado, quedó la torre, que fue integrada en el molino de aceite de Paco Macías y que sirvió durante cien años como almacén para guardar el aceite que se iba extrayendo del molino. La torre se dotó de un poyete corrido por sus cuatro paredes donde se incrustaron una serie de tinajas para albergar el aceite.
El molino se cerró hace unas décadas y desde ese momento, el conjunto de la torre de la ermita y el molino se encuentran en un estado de abandono.
La ermita primitiva era una construcción muy sencilla. Contaba con una sola nave rectangular con presbiterio y tenía una cubierta a dos aguas de teja mora de unos 20 metros de largo por unos 7,50 metros de anchura. La entrada principal daba a la Plaza de la Ermita y era de ladrillo de barro cocido y adintelada.
La torre sobresalía del conjunto y no poseía campanas. Es de planta cuadrada de unos 50 metros cuadrados con muros de casi un metro de grosor realizados con mampostería enlucida y encalada y encintada con hiladas dobles de ladrillo de barro cocido que van enfajando el muro de mampostería. En los ángulos de la torre, se usa el ladrillo de barro cocido, ofreciendo una mayor resistencia estructural. En estas hiladas de ladrillo de barro cocido, se ven los mechinales, orificios cuadrados que albergaban las vigas de construcción y que fueron cegados posteriormente con argamasa.
La cubierta de la torre estaba construida con vigas de madera y cañas, disimulado con un falso techo de escayola aferrada a una estructura de madera, y rematada con un tejado a cuatro aguas con teja mora y coronada con una veleta, hoy desaparecida. En su interior conservaba algunas molduras decorativas que bordeaban un par de ventanas a primeros del siglo XVIII. Estas ventanas están ejecutadas con ladrillo de barro cocido y se abrieron en la primera altura de las caras norte y sur de la torre. La cara este, que da al molino, contaba con una ventana circular que fue tapiada para construir una hornacina probablemente para albergar alguna figura sagrada. La zona oeste que daba a la nave de la ermita se abría con un arco de medio punto de ladrillo de barro cocido. Cuando se tapió esta parte de la torre para independizarla de la nave de la ermita, el arco fue reforzado por un pilar para aguantar el peso de la estructura. En la pared norte se conserva una inscripción que pone: «Año de 1763», posiblemente se trate de la fecha en la que se hizo una restauración, ya que la ermita se construyó en torno a 1720 o 1721.
La cubierta de la torre antes de ser desmochada, estaba realizada con vigas de madera y cañas, disimulado con un falso techo de escayola aferrada a una estructura de madera, y rematada con un tejado a cuatro aguas con teja mora y coronada con una veleta, hoy desaparecida. En su interior conservaba algunas molduras decorativas que bordeaban un par de ventanas a primeros del siglo XVIII. Estas ventanas están ejecutadas con ladrillo de barro cocido y se abrieron en la primera altura de las caras Norte y Sur de la torre. La cara Este de la torre que da al molino, tenía una ventana circular que fue tapiada en algún momento al construirse una hornacina para albergar alguna figura sagrada. La zona Oeste que daba a la nave de la ermita, se abría con un arco de medio punto de ladrillo de barro cocido. Cuando se tapió esta parte de la torre para independizarla de la nave de la ermita, el arco fue reforzado por un pilar para aguantar el peso de la estructura. En la pared Norte se conserva una inscripción que pone: «Año de 1763», posiblemente se trate de la fecha en la que se hizo una restauración, ya que la ermita se construyó en torno a 1720 o 1721.
Sin protección específica
De lo que fue la ermita, actualmente solo se conserva la torre, que presenta un estado de ruina, abandono y dejadez.
Su cubierta nunca se restauró y fue eliminada porque su estado ruinoso amenazaba con colapsar y afectar a las viviendas colindantes, por lo que los daños provocados por los fenómenos meteorológicos se están acentuando cada vez más. La cara que da al molino está ennegrecida debido a la huella del humo de la caldera de este.
La torre lleva varios años desmochada debido a que su tejado estaba en un estado de ruina que amenazaba con derrumbarse completamente. Además, los agentes meteorológicos incrementan el daño en el mismo. Si no se actúa pronto corre riesgo de desaparecer lo poco que queda de la antigua ermita.
Enlaces
La ermita de Nuestra Señora de los Dolores, crónica de una desaparición anunciada. Aires de Monda
Ermita Ntra. Sra. de los Dolores. Viajeros en corto Málaga