Iglesia de San Agustín

PATRIMONIO RELIGIOSO, Iglesias y capillas

Información general

Historia:

El convento tiene sus orígenes en una ermita del siglo XV que fue reconstruida en 1518 por Alonso Sánchez el Recio de León y cedida a la Orden de San Agustín en 1519. La construcción del convento comenzó en 1520 y se fue ampliando a lo largo de los siglos, incluyendo la Capilla de Jesús Nazareno, erigida entre 1677 y 1689, y el claustro actual, iniciado en 1748. Tras la exclaustración de los agustinos en 1834 el convento se convirtió en hospital y más tarde en residencia de ancianos, administrada por las religiosas Mercedarias de la Caridad.

Descripción:

Iglesia conventual de planta de cruz latina. Consta de una sola nave de tres tramos, con coro alto a los pies, cubierta con bóvedas vaídas separadas por arcos fajones que se asientan sobre placas de yesería. El presbiterio, de dos tramos y profundo, se cierra con una bóveda de cañón profusamente decorada con motivos vegetales pintados al oro.
Ambas zonas convergen en el crucero que se cierra con una cúpula elíptica sobre gruesos arcos torales, sobre el central se disponen las armas de los Medinaceli. Consta de tres capillas exentas en el lado del evangelio, destacando entre ellas por tamaño y decoración la de Jesús Nazareno, de planta de cruz latina y decorada con yeserías barrocas. Dentro, se ubican tres retablos, el principal en el altar mayor de Cristóbal de Guadix (con amplio camarín), y los restantes a ambos lados del crucero.
En la nave de la iglesia destaca el retablo mayor de Lope de Medina Chirinos, manierista, de gran tamaño y con camarín para manifestador (perdido). A lo largo de toda la nave y crucero se ubican numerosos y diversos retablos.

Grado de protección legal:

BIC - Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento e inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía

Estado de conservación:

El interior presenta humedades y desprendimientos en los muros y en las yeserías. Los retablos se encuentran en muy mal estado, presentando faltas, suciedad, excrementos de aves y falta de estabilidad en muchos de ellos. La cúpula del presbiterio presenta múltiples y destacables grietas. La capilla de la Soledad está prácticamente perdida. Las cubiertas han tenido dos intervenciones de urgencia en los últimos 10 años, pero a día de hoy siguen siendo insuficientes puesto que los daños por filtraciones y humedad persisten. De todo el conjunto sólo está bien y en excelente estado, la capilla de Jesús Nazareno, restaurada por la Hermandad homónima.