Palacio de la Ribera

PATRIMONIO CIVIL, Palacios

Información general

Historia:

El Duque de Lerma, valido del rey Felipe III, decidió utilizar a Valladolid como plataforma para afianzar su poder y, entre otras casas, se construye un grandioso palacio, que se hallaba comprendido entre el Pisuerga y el camino que lleva al Monasterio de Nuestra Señora del Prado. Sobre las casas ya existentes inicia un proceso de compras de terrenos, hacia 1602, para comenzar el palacio. Se considera como planificador y urbanista de todo el ámbito a Francisco de Mora, a quien se supone también trazador del edificio del palacio, con la intervención además de Diego de Praves, Bartolomé de la Calzada y Juan de Nates. Todo esto lo revendió el Duque de Lerma al Rey Felipe III y seguidamente se iniciaron las obras de adaptación y engrandecimiento, en las que participaron Diego de Praves, Juan Alonso Ballesteros, Bartolomé González, Antón de Huete, Juan Quijano, etc. Se tiene constancia de nuevas adquisiciones de terrenos en 1607 y 1609. Tras el traslado de la Corte a Madrid, el mantenimiento del palacio se deteriora y hay noticias de reparaciones a lo largo de todo el siglo XVII; unas veces motivadas por el paso del tiempo y otras por inundaciones como la de 1649. A final del siglo el edificio del palacio está casi ruinoso. Con la dinastía Borbón llegó su abandono completo y en 1761 su deterioro fue tal que se permitió desmantelarlo y que sus piedras y azulejos fueran utilizados en otros edificios como el Palacio Real. Del antiguo palacio sólo se conservó la parte baja que se observa en la actualidad.

En 1963, Marín González pudo observar algunas ruinas del palacio, hoy desaparecido. El palacio quedaba frente a las casas del Conde de Benavente y su traza se desconoce, a excepción de un dibujo de la Historia de Valladolid de Antolínez de Burgos y el plano de Ventura Seca de 1738.

En 2010 se llevaron a cabo unas obras de acondicionamiento de la margen derecha (Martín Montes, 2010), que permitieron la documentación de una parte del palacio, en concreto los paredones que daban al cauce y el arranque de algunas salas interiores, decoradas en su día con azulejos ornamentales, que han sido puestas en valor gracias a las labores de restauración (Martín Montes, 2011), pudiendo ser contemplados desde el camino acondicionado junto al cauce.

Descripción:

A partir de un dibujo de Antolínez de Burgos y el plano de Ventura Seca de 1738 se observa una estructura rectangular, en la que destaca un amplio patio rodeado por galerías porticadas. Los materiales utilizados son ladrillo y mampostería. Al lado sur, un bloque perpendicular al río compuesto por dos pisos de arquerías que dan al patio. Un gran zaguán y escalera introducían a las habitaciones superiores. Destacaba el conjunto de huertas y jardines que rodeaban al palacio, con merenderos, templetes, pajareras, etc., rodeado todo ello por una extensa cerca, provista de tres puertas de entrada. Una parte importante del lateral de la construcción histórica se ha observado siempre en la ribera derecha del río Pisuerga.

Por otro lado, en la misma ribera, unos metros al norte de las grandes paredes de sillería, se encuentra una antigua fábrica de luz, cuyos cimientos se realizaron en piedra caliza. Es bastante probable que una parte de esas cimentaciones también correspondieran al antiguo Palacio de la Ribera.

Grado de protección legal:

BIC - Bien de Interés Cultural (aplicación genérica del Decreto 4 de junio de 1931)/Yacimiento arqueológico inventariado

Estado de conservación:

2015– En junio de 2015, los Amigos del Pisuerga recuperaron el embarcadero al que llegaban galeras y góndolas y que usaban los propios reyes. Desbrozaron parte del talud que da al río, colocaron un pequeño embarcadero de madera y recuperaron una parra.
2011– El 26 de enero de 2011, se inauguraron las obras de acondicionamiento del entorno del palacio, pudiéndose visitar sus restos gracias a una senda de 300 metros que se adecuó junto al río Pisuerga, llamada paseo de la Ribera.
Después de estas actuaciones de recuperación, se volvió a abandonar. La capilla donde se encontraba una réplica de la imagen de la Virgen de San Lorenzo se volvió a clausurar (sacando dicha imagen), el talud que da al embarcadero se volvió a llenar de vegetación y la parte baja de este histórico palacio ha recuperado un aspecto abandonado con vegetación y amplios grafitis. El paseo de la Ribera también tiene un aspecto abandonado con un firme irregular, barandillas caídas y carente de paneles informativos.