Las primeras alusiones escritas a la ermita se remontan a 1324, por lo que muy posiblemente el templo tuvo una fase constructiva gótica. Sería reconstruido en el año 1803, adquiriendo el aspecto barroco-neoclásico que mantiene en la actualidad. Anexa a la ermita se encuentra la casa del ermitaño, donde vivió el santero hasta la última guerra carlista (1872-1876).
Era costumbre que cada 4 de diciembre la gente del pueblo de Monroyo fuera en romería hasta la ermita, donde celebraban misa y repartían «pamboli» bendecido. En 1938, si bien el frente de la Guerra Civil estuvo cerca, no le afectó de manera directa, pero alguna de sus imágenes se quemó y lo que quedaba de sus techos se desmontaron para cubrir los lavaderos de la Font del Domenge, momento en el que se inicia la ruina.
Ermita con elementos barrocos y neoclásicos reconstruida en 1803, fecha que consta en su fachada. Está construida en mampostería sobre zócalo del mismo material, con refuerzo de sillería en las esquinas, salvo la fachada, que es de sillería, y las arquerías interiores y el alero, que son de ladrillo. Conformada por una nave de 30 metros de longitud por 10 de ancho dividida en tres tramos y está cubierta con bóveda de cañón y ábside poligonal cubierto con una cúpula sobre pechinas. Tiene adosados dos pequeños volúmenes en su lado sur: la casa del ermitaño, en el extremo de los pies, y la sacristía, junto a la cabecera. Su decoración es sobria, en su interior, perviven una imagen de la Virgen del Pilar y otra que podría representar a Santa Bárbara o la Virgen de la Consolación.
Sin protección específica
La portada resiste gracias a estar construida mediante sillería bien trabajada, mientras que el resto de la ermita se conserva de manera irregular. Los arcos internos del cuerpo se encuentran en muy mal estado, con peligro de derrumbe, sobre todo los cercanos al altar. Del techo, solo se conserva parte de la cubierta sobre el altar con derrumbes parciales. Otros elementos como la sacristía, localizada al suroeste, o la casa del ermitaño solo mantienen los muros.
Las molduras de las cornisas exteriores y sus tejas están comenzando a sufrir desprendimientos, con el consiguiente peligro. El estucado interior se conserva bastante, aunque comienza a borrarse. La maleza puebla la ermita por lo que no se ve apenas el suelo de la misma.
Se cree posible que su campana original sea la que ahora se encuentra en la torre del reloj del pueblo, con la inscripción «ANO 1749 REGIDORES MIGUEL MOLINER FRANCISCO OMELLA S(an) JOSEPH S(anta) BARBARA«.
Inclusión necesaria para dar más luz y atención a esta parte de nuestro patrimonio, de lo contrario puede terminar siendo una ruina.
Enlaces
Ermita de Santa Bárbara. Sipca, Gobierno de Aragón.
Monroyo. Así es Aragón.