No existe ningún documento que verifique la posible explotación de sal en época romana de estas minas. Se mencionan por primera vez en las obras del escritor Al-Razi (865- 925). En la Edad Media era habitual que las minas aparecieran reflejadas en los documentos, sobre todo en los de carácter censal. La propiedad de las minas pertenecía a la Corona y estaban sujetas a un fuerte monopolio que controlaba las cantidades que se vendían y a los compradores. Se explotaban mediante el arriendo de derechos y generaban grandes beneficios.
En 1585 el séquito de Felipe II visitó las minas. En el siglo XVIII, Remolinos contaba con su propia policía para controlar el contrabando. Era la tercera fuerza en importancia después de las Salinas de San Fernando (Cádiz) y Torrevieja (Alicante). En 1835 se liberalizó la compra permitiendo adquirir la cantidad de sal deseada y, en 1857, se permitieron las primeras concesiones a particulares. En 1870 se pusieron a la venta las minas y fueron compradas por don Benito Giranta en 1888. Posteriormente, las compró Benjamín Nicholson que después las cedió a The Pure Salt Limited, más adelante Purasal, la actual propietaria de la Mina «La Real».
En el siglo XX la compañía explotó las minas de una forma más racional y eficiente. De hecho, se instaló en 1901 un sistema por cable que cruzaba el Ebro desde la Mina «La Real» hasta la estación de tren de Pedrola, para abaratar el trasporte de la sal. En 1950 se instaló la electricidad para poder iluminar mediante tubos fluorescentes y se creó un sistema de plano inclinado con vagonetas de una tonelada de capacidad movidas por un cabestrante eléctrico. Además, en 1958 se encontraron en esta mina dos fragmentos óseos de Caenotherium, un marsupial placentario. Finalmente, el 5 de mayo de 1989 la Mina «La Real» cerró sus instalaciones.
Se trata de bocaminas de explotación de sal localizadas en el Barranco o Arroyo de las Salinas, formado por la estratificación de yesos del mioceno (hace 23 millones de años) de disposición horizontal perteneciente a la Unidad Bujaraloz-Sariñena. Es un ecosistema que se podría definir como mediterráneo-árido de gran riqueza sobre todo ornitológica y paisajística. A lo largo del barranco discurre una senda circular que permite observar fenómenos relacionados con el crecimiento de cristales de sal como cristales de halita (cloruro sódico), eflorescencia de sales en las paredes o pequeñas formas generadas por precipitaciones de sal.
En este barranco se sitúan las cuatro bocaminas del gran complejo minero de sal de Remolinos correspondientes a la Mina de «Los Murciélagos», la Mina de «Los Papeles», la Mina «del Gallo» y la Mina «La Real».
La mina de «Los Murciélagos» es una explotación de pequeño tamaño. La de «Los papeles» conserva dos entradas, un muro de cierre, restos de tendido eléctrico y un edificio donde se encuentra el molino de sal. En su interior están tirados por el suelo las cajas para almacenar la sal y se puede observar la estratificación horizontal de la sal y su cristalización en cubo. La mina «del Gallo» conserva los railes y parte de la maquinaria de las vagonetas en su interior y el almacén de sal. Finalmente, la mina «La Real» tiene en su exterior varios edificios en ruinas, aunque su interior se conserva intacto. Actualmente, está cerrada.
Sin protección específica
El Barranco de las Salinas está en un excelente estado de conservación. Por el contrario, las minas se encuentran muy deterioradas debido a su abandono. Los restos de estructuras metálicas o herramientas de trabajo se están oxidando y la mayoría de los edificios han perdido el tejado y amenazan ruina. A pesar de ello, todavía no han sufrido actos vandálicos como pintadas, se encuentran en la actualidad bastante «limpias». Deberían acondicionarse para visitas guiadas y tener alarmas para avisar a los visitantes de derrumbes e inundaciones.
En la actualidad visitar las minas abandonadas es bastante peligroso, a pesar de constituir un recorrido que une ecología con historia económica en un espacio como Remolinos, que aúna un gran patrimonio como: su pasado minero; el conjunto formado por la iglesia, el castillo y el poblado abandonado de Pola; las pinturas de Goya en las pechinas de la iglesia de San Juan Bautista o el relieve y la fauna.
Enlaces
Sopeira. Pared de la presa de Escales: Lolita la flamenca (310 m, 6a). Amusa.
Bibliografía
Calvo, Miguel (2008). «Minerales de Aragón«, Prames, Zaragoza.
V.V.A.A., Puntos de interés geológico de Aragón, Gobierno de Aragón, Prames, Zaragoza, 2001.