El despliegue en 1896 de la línea Astorga-Plasencia por MCP elevó a la localidad de Astorga como un importante nudo ferroviario en el noroeste de España, al encontrarse esta línea con la de Madrid-A Coruña, finalizada la década anterior. Iniciado el siglo XX, e integrada la línea en la Compañía del Oeste, consta que el funcionamiento de las instalaciones ferroviarias de esta compañía se veía lastrado por la necesidad de alojamiento para los trabajadores. El Inventario de Poblados ferroviarios de España, publicado por la Fundación de Ferrocarriles Españoles, señala que la construcción de las primeras viviendas en el recinto de la estación se iniciaría en 1912. Sin embargo, lo toma de decisiones de mayor calado habría estado limitada por la condición de provisionalidad de la estación, pues la Compañía no era propietaria del suelo en la que había desplegado la estación. Resuelto este problema, en 1926 el alojamiento para el personal ferroviario seguía siendo insuficiente, por lo que en el marco del proyecto de ampliación y modernización de las instalaciones ferroviarias redactado para la estación de Astorga, se incluye la provisión de viviendas suficientes con las que asegurar la mejora de la operatividad de una relevante estación que era cabeza de línea.
Según se recoge en la ficha del Inventario de Poblados ferroviarios, el proyecto de ampliación de la estación de la Compañía del Oeste redactado en 1926 planteó la construcción, entre otras instalaciones, de una nueva rotonda y puente giratorio y 3 pabellones dobles con capacidad para 36 familias, similares a los construidos en los poblados de Plasencia y Arroyo-Malpartida. Como se ha apuntado, no consta que el conjunto residencial ferroviario se dotara de equipamientos, más allá de un aula que habría comenzado a funcionar durante el periodo de gestión de RENFE. La proximidad al barrio extramuros de San Andrés, dotado de una importante parroquia, podría explicar que el programa habitual de los poblados ferroviarios de la Compañía del Oeste quedara más reducido (capilla, escuelas) que en asentamientos aislados, a expensas de apoyarse sobre los servicios existentes de la localidad.
El cierre de la línea en 1985 llevó al abandono de las instalaciones de la estación. Según se recoge en el informe elaborado por el Secretariado Gitano, RENFE habría cedido el uso de, al menos, uno de los pabellones al ayuntamiento de Astorga para alojamiento social y que se habría destinado al alojamiento de familias de etnia gitana. Este mismo informe apunta que el asentamiento de una comunidad romaní en la década de 1990 inició el despliegue un asentamiento de infraviviendas que aun se mantiene habitado.
Según se recoge en el Informe elaborado por Secretariado Gitano, la urbanización de estos terrenos y la mejora de las viviendas es inviable puesto que estaba previsto que el trazado de la línea de alta velocidad León-Ponferrada discurriera por estos terrenos.
Según la información facilitada en la web del ayuntamiento, las normas urbanísticas vigentes se remontan a un Plan de 1985 que no incluye a los Pabellones del Oeste dentro del casco urbano, ni asigna figura de protección dentro del Catálogo Urbanístico Municipal. Según se recoge en el Informe elaborado por Secretariado Gitano: los terrenos de la antigua estación del Oeste están clasificados en el Plan General de Ordenación Urbana como “suelo rústico”, en categoría de “suelo especialmente protegido por sus valores agrícolas”. Asimismo, ADIF habría comunicado al ayuntamiento “que los terrenos de la citada estación están formalmente afectados al servicio ferroviario”. Tampoco cuenta con figuras de protección legal de ámbito autonómico, aunque es un Bien registrado en el Inventario de Patrimonio Industrial de la Dirección de Patrimonio de Castilla y León (2010).
Las instalaciones ferroviarias de la Compañía del Oeste, conocida como “Estación del Oeste” se sitúan al sur de la localidad de Astorga, en la ribera norte del río Jerga, a lo largo de una estrecha franja que comienza en la Calle de la Zapata y se prolonga a lo largo de 800 metros y ocupando un área de 4 hectáreas.
Los restos de las instalaciones ferroviarias se suceden alineadas y paralelas a la playa de vías salpicada de toperas. En la primera mitad del recinto se distribuyen la vivienda del guardabarreras del paso a nivel, un depósito de cereal y una báscula, ruinas de los muelles y del muelle de ganados, el edificio de la estación de viajeros, las primeras viviendas ferroviarias y la escuela.
En el extremo sur se concentran las instalaciones de arquitectura modernista característica de la Compañía del Oeste, conocidas popularmente como “Pabellones del Oeste” y con la perspectiva rematada por la rotonda ferroviaria. Este conjunto se extiende en los últimos 250 metros de la estación y se compone de los equipamientos residenciales levantados en 1926 y las instalaciones del depósito de locomotoras formado por el transformador eléctrico, 2 cubas de agua, el puente giratorio y el edificio de la rotonda para 4 locomotoras. El conjunto residencial cuenta con tres pabellones de tres alturas destinados a viviendas de familias de ferroviarios, y el cuarto era el dormitorio de personal desplazado. La distribución de estos edificios es paralela a las vías, formando una hilera que define una estampa reconocible y característica del perfil de Astorga.
Arquitectónicamente, el conjunto de los Pabellones del Oeste y la rotonda responden a la formulación característica de la Compañía del Oeste, de corte modernista. Planteado como una solución catálogo y una arquitectura de marca, los alzados presentan paños de piedra y recercados de vanos y cornisas de ladrillo.
Los edificios de los pabellones presentan planta rectangular con dos y tres alturas y cubierta a dos aguas de teja árabe. Los paramentos de los pabellones y rotonda están construidos de mampostería y presenta una distribución simétrica de sus huecos. La fachada de piedra presenta como rasgo ornamental el trabajo de ladrillo visto en los vanos, de arco rebajado, y en los que se destaca el resalte de su clave. El ladrillo también se presenta en esquinas, impostas, cornisa y chimeneas de planta cuadrada. El alféizar de las ventanas es de piedra, y el zócalo de los edificios se construye de sillarejo. En la fachada lateral se localiza un óculo en el hastial para la ventilación de la cubierta.
Sin protección específica
Amenaza ruina.
El deterioro de las instalaciones en las últimas décadas ha sido progresivo, acelerándose con el paso de los años. Únicamente los pabellones habitados se mantienen en unas mínimas condiciones de conservación. Consta que algunas de las viviendas de los pabellones abandonados han sido reutilizadas como alojamiento de personas en situación de dificultad, en una realidad considerada por el Secretariado Gitano en 2008 como “chabolismo vertical”. Asimismo, las instalaciones de la estación de viajeros y las primeras viviendas han sido adaptadas para residencia informal.
Prácticamente todos los elementos metálicos de la instalación ferroviaria han sido desmantelados, a excepción de las cubas de agua o depósitos.
De las instalaciones de la reserva sólo se mantienen los muros perimetrales del edificio de la rotonda.
Los pabellones de viviendas presentan un estado de conservación desigual, si bien aquellos que no están habitados sufren un avanzado deterioro que pone progresivamente en riesgo su estabilidad. Únicamente los pabellones habitados se mantienen en unas mínimas condiciones de conservación.
Los pabellones cuentan con abastecimiento de agua potable procedente de la red publica de Astorga, así como suministro de energía eléctrica y un precario alumbrado público. La zona carece por completo de servicio de alcantarillado y depuración por lo que las instalaciones de saneamiento del pabellón que se mantiene habitado, vierten las aguas residuales directamente al río Jerga, sin depuración de ningún tipo.
En el plano social, la ausencia de medidas para paliar la concentración de familias en situación de dificultad social ha reforzado la segregación urbana de esta área. La seguridad de algunas de estas familias está amenazada al habitar algunos de los pabellones abandonados como alojamiento provisional.
Presenta una seria amenaza de desaparición. El fenómeno de los poblados ferroviarios tuvo una amplia dispersión en Europa, no así en España, donde son contadas las instalaciones de este tipo, especialmente en el noroeste del país, donde la dispersión de población hacía prescindible la construcción de nuevos asentamientos. Así mismo, la distribución de las rotondas ferroviarias respondía a lógicas funcionales, por lo que su construcción y mantenimiento fue limitada. El complejo ferroviario de la Compañía del Oeste de Astorga se presenta como el único dotado de poblado ferroviario en la Línea Plasencia-Astorga conservado en Castilla y León, y el único conjunto planificado homogéneo aislado de localidades preexistentes en el noroeste de la península. Mantiene además los restos de la única rotonda ferroviaria que se conserva en pie de esta compañía. Se trataría además de la segunda rotonda ferroviaria más antigua conservada en el noroeste de España, detrás de la de Valladolid, de la Compañía del Norte. La desaparición del resto de rotondas de la Compañía del Oeste (Arroyo Malpartida y Monfragüe-Plasencia) sitúa la rotonda de Astorga junto al poblado, como el último complejo ferroviario completo sobre el que poder realizar una lectura interpretativa de las relaciones funcionales del ferrocarril: estación+depósito+poblado.
Enlaces
Estudio de las necesidades de la población gitana y trasmontana de los pabellones del Oeste de Astorga para la inclusión social. Fundación Secretariado Gitano.
Bibliografía
Cuéllar Villar, D.; Jiménez Vega, M. y Polo Muriel, F.: Historia de los poblados ferroviarios en España. Fundación Ferrocarriles de los Españoles, Madrid, 2005.