Canal de Bellús a Xàtiva

PATRIMONIO CIVIL, Conjuntos históricos

Información general

Historia:

La datación exacta de la construcción del canal de Bellús sigue siendo una incógnita debido a la escasez de referencias y datos históricos. El historiador Mariano González Baldoví, sugiere que el canal fue construido antes del siglo XII, basándose en una concesión del rey Jaime I en 1264 para el uso de unos baños y una fuente en la ubicación actual de la Fuente de los veinticinco caños. Un indicio adicional de su posible origen anterior a la conquista cristiana, es el asedio de Xàtiva por el rey Jaime I, quien se situó estratégicamente en L’Ambastida, dominando la llegada de agua a la ciudad islámica.

Sin embargo, otros historiadores como Martí de Viciana (1563) y Francisco Diago (1613) sitúan la construcción del canal después de la conquista cristiana. Diago menciona que la ciudad de Xàtiva emprendió la canalización de la fuente de Bellús tras la conquista, aunque inicialmente no tuvo éxito debido a la destrucción del canal por avenidas de agua alrededor del año 1400. Posteriormente, en 1407, se emprendió una nueva construcción del canal, finalizada en 1410.

Un documento titulado Llibre del repartiment de la Séquia de Bellús de 1680 también hace referencia a la acequia de Bellús, destacada por su importancia tanto para el consumo humano como por su ingenioso trazado. Historiadores como Cavanilles y Jaubert de Passa han descrito el canal con admiración en sus estudios.
El Libro de las Ordenanzas de San Phelipe (1750) dedica una sección a la fuente de Bellús y establece ordenanzas para su gestión. En estas ordenanzas, se menciona un privilegio de 1404 en el que el rey Martín I otorga a la ciudad la facultad de imponer sanciones a quienes atenten contra la acequia.

En el Archivo Municipal de Xàtiva se conservan varios legajos relacionados con la construcción y mantenimiento de la acequia. Entre ellos se encuentran el legajo 615 de 1747, que recopila información sobre desperfectos e incidencias en el canal; el legajo 1738/6, que abarca de 1817 a 1926 y contiene un libro de inspección de la acequia; y el legajo 1695 de 1872, que incluye expedientes de solicitudes de cambios de tuberías y permisos de uso de agua.

En el siglo XX, se realizaron varios proyectos de obras y reparaciones sobre el canal. En noviembre de 1935, los ingenieros W. Giménez de la Iglesia y Arturo Piera Barberá diseñaron un proyecto de distribución de aguas de alta presión, que incluía la construcción de dos depósitos de 250 m³ en el camino de San Antonio. En marzo de 1936, los mismos ingenieros propusieron la construcción de un nuevo canal paralelo al antiguo, con algunos tramos resueltos en túnel. En 1988, la Conselleria de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte llevó a cabo un proyecto para la construcción de una nueva canalización en el último tramo del canal y un sifón para salvar el barranco del Pont Sec.

Finalmente, en 2005, el Consell de la Generalitat declaró el canal de Bellús a Xàtiva como Bien de Interés Cultural.

Descripción:

El canal de Bellús se origina en un manantial ubicado en la senda de l’Estret de les Aigües, dentro del término municipal de Bellús, a una altitud de 112,73 metros. Este canal, censado por el Instituto Geográfico Militar de España con el número 1026, recorre una distancia de 7.158 metros atravesando los términos municipales de Bellús y Genovés, hasta llegar a la ciudad de Xàtiva. A lo largo de su recorrido, el canal bordea la margen izquierda del río Albaida y supera diversos accidentes topográficos mediante la construcción de arcadas y excavaciones en el terreno. Entre los accidentes topográficos más destacados se encuentran el barranco de la Casa Quadrado, el barranco del Pont Sec, el barranco de L’Angeliu y el barranco de San Antonio. Para salvar estos obstáculos, se construyeron arcadas de distintas longitudes, inicialmente en madera y posteriormente reconstruidas en obra de fábrica, según consta en crónicas escritas. Además, otras dificultades orográficas fueron resueltas mediante excavaciones en el terreno y la implementación de un sistema de alcavones o bóvedas de ladrillo tabicadas.

La primera de las arcadas importantes es la que salva el barranco denominado del Quadrado o de la Font Quintana, compuesta por dos arcos, uno apuntado y otro más pequeño de medio punto, construidos con lajas de piedra y con una amplitud en planta de unos 5 metros. Posteriormente, el canal atraviesa la pedanía de Alboi, donde se encuentra el acueducto del barranco del Pont Sec, conocido como Arcadetes d’Alboi, que consiste en una sucesión de nueve arcos apuntados de época gótica, realizados con sillares y con dimensiones desiguales. Este acueducto tiene una longitud total de unos 100 metros y una altura de aproximadamente 20 metros sobre el punto más bajo. Más adelante, después de pasar la zona de la Corona de l’Estrela, se encuentra la última de las arcadas que aún se conservan en pie, una conducción de obra de mampostería compuesta por dos arcos apuntados realizados en ladrillo, cuya altura total sobre el nivel del barranco no supera los 6 metros.

A lo largo del recorrido del canal se observan una serie de elementos verticales circulares denominados respiralls, que permitían la comunicación del conducto con el exterior durante su trayecto subterráneo. Estos respiraderos no seguían una disposición regular, pero se colocaban para facilitar las tareas de limpieza, la captación de agua puntual, la nivelación y el escape de aire encerrado. Se conservan alrededor de setenta respiralls. La limpieza y reparación anual del canal se llevaba a cabo durante la Cuaresma. Para ello, se almacenaba agua en un aljibe situado en la plaza de San Pedro, se interrumpía el paso del agua vertiéndola al río, y se procedía a enllaçar la conducción con una pasta llamada llaca, hecha con aceite y arcilla.

Grado de protección legal:

BIC - Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, por el decreto 95/2005 de 20 de mayo, del Consell de la Generalitat.

Estado de conservación:

El canal de Bellús, entre el barranco del Pont Sec y el barranco de la Canal de Ferro (senda de Diego), con sus respiraderos o respiralls y sus arquetas de piedra o partidors, especialmente su conducción medieval, se encuentra en un estado de conservación preocupante. La conducción, que data de la época morisca, presenta signos de deterioro debido a la falta de mantenimiento adecuado. Los respiraderos, elementos verticales que permiten la ventilación y acceso al canal, están en mal estado, muchos de ellos obstruidos o dañados, lo que dificulta la limpieza y el flujo de agua. Este deterioro pone en riesgo la integridad del elemento.