Casa del siglo XVIII en la que vivió el doctor y poeta Cristóbal Jiménez Encina, médico otorrinolaringólogo nacido en Monda el 4 de marzo de 1866. En su infancia no asistió al colegio, por lo que fueron sus hermanos mayores quienes ejercieron de profesores, ya que él era el noveno hijo del matrimonio formado por Mateo Jiménez y Rafaela Encina. Estudió su bachillerato en Málaga y la carrera de medicina en Valladolid y Madrid. Al finalizarla, fue ayudante del doctor Ureña, otorrinolaringólogo, durante dieciocho años. Posteriormente fue jefe del servicio de otorrinolaringología del Instituto Rubio mientras contó con consultas médicas en Madrid entre 1899 y 1917.
Tuvo como pacientes a personajes insignes de la época, como al rey Alfonso XIII; a su amigo Alejandro Lerroux, político republicano; a la Niña de los Peines, cantaora flamenca; al cantante Pepe Blanco o al poeta Antonio Machado. A lo largo de su trayectoria profesional publicó numerosos trabajos médicos sobre otorrinolaringología y la tuberculosis; presentó congresos y tuvo consulta en el primer dispensario antituberculoso de España. A su vez, escribió poemas como Refugio o Soneto donde habla sobre los paisajes y costumbres de Málaga.
En el año 1922, el pueblo de Monda le rindió homenaje al colocar una placa en la fachada de la casa donde nació, cambiando el nombre de su calle para poner el del doctor, instalando un busto de bronce y, también, nombrándolo hijo predilecto por dar asistencia médica a sus vecinos de forma gratuita cada vez que iba a Monda. Murió a los 90 años el 8 de marzo de 1956 en Madrid.
La casa también es conocida en el municipio como «el cuartel», ya que durante un tiempo se usó como cuartel de la Guardia Civil, hasta que años después se empleó como pub y, al cerrarse este último establecimiento, la casa quedó abandonada.
Es una casa característica de familia acomodada del siglo XVIII, compuesta por planta baja, planta principal y ático. La planta baja se ha modificado a lo largo de los años, habiéndose abierto puertas para albergar el último negocio. El ático, de menor altura, tiene cuatro vanos rectangulares con rejas y la cubierta es a dos aguas.
El inmueble tiene dos fachadas con dos balcones de forja a la altura de la planta principal, que están decorados con barras de sección cuadrada, dados a mitad de las barras y motivos en S y espiral. Los balcones cuentan con dos arbotantes de semicírculo, una meseta con acabado de cerámica y la estructura que los sustenta es también de hierro forjado con tornapuntas. En la fachada principal destaca una decoración pictórica a su lado izquierdo, que fue tapada con revoco pero donde aún se puede distinguir dentro de un óvalo dibujado la figura de una persona en posición de rezo, de rodillas. En el lado derecho de la fachada se distingue también un óvalo, pero no es posible identificar el resto de la pintura.
Un árbol situado frente al lado derecho de la fachada principal oculta la placa honorífica al doctor Jiménez Encina, de cerámica y procedente del taller J. Ruiz de Luna, en Talavera de la Reina. El nombre del taller se observa en la parte inferior derecha de la placa, junto a la firma de don Cristóbal. En los laterales destaca el dibujo de dos pilastras acanaladas que rematan capiteles corintios; en el centro superior de la placa se distingue el rostro del doctor en una orla rodeada de decoración vegetal; en la parte inferior se encuentra una imagen femenina sedente que está escribiendo en una hoja.
En el texto de la placa se puede leer: «En esta casa nació el 4 de marzo de 1866, el ilustre Dr. D. Cristóbal Jiménez Encina, hombre sabio y modelo de bondad para sus paisanos. El Ayuntamiento, fiel intérprete de los designios del pueblo, acordó nombrarlo Hijo Predilecto de esta Villa y dedicarle este homenaje en prueba de gratitud y cariño».
Sin protección específica
El edificio se encuentra en mal estado de conservación a pesar de su aparente estabilidad estructural. Las ventanas de ambos balcones corren riesgo de desprendimiento y la decoración pictórica de la fachada se encuentra bajo capas de cal, aunque debido a las lagunas derivadas de la pérdida del enlucido, se puede observar en distintas zonas los restos de las pinturas.
La placa honorífica se encuentra en buen estado de conservación pero está rodeada de cableado eléctrico y no está a la vista, al estar cubierta por la copa de un naranjo se imposibilita su correcta visualización, lectura y, por tanto, identificación del bien. En cuanto al interior, se puede observar que aún mantiene la estructura sin haber sufrido desprendimientos mientras que, a su vez, presenta suciedad y desperfectos debido al paso del tiempo y como consecuencia de su abandono.
Es necesaria su restauración para conservar su estructura y sus decoraciones pictóricas, de forma que se pueda evitar un mayor deterioro y darle un uso que ponga en valor la vida y figura del doctor Jiménez Encina.
Enlaces
El doctor Cristóbal Jiménez Encina, hijo predilecto de Monda. Aires de Monda.
Inmuebles en calle Doctor Jiménez Encina nº 2 y 8. Viajeros en corto.
Jiménez Encina, Cristóbal. Médicos Históricos Españoles.