El monte de Riocamba de Cea y Valdavida pertenecía al marqués de Devia y conde de Lerma, que se lo cedió al pueblo de Cea en 1485 por un contrato de enfiteusis (cada año el pueblo le debía pagar a él o a sus descendientes a primeros de mayo 10.000 maravedíes, apareciendo en 1646 como censualista de dicho monte el Duque del Infantado). Desde entonces los pueblos de Cea y Valdavida han estado en litigio permanente por el monte y sus aprovechamientos para pasto y leñas, ya que Valdavida tenía sobre el monte mancomunidad de pastos. De hecho, el pueblo de Valdavida revocó el contrato de cesión del conde por no hacer mención en el mismo a sus derechos. La cesión del monte por parte del Marqués fue en remuneración de algunos gastos y trabajos que por su servicio había hecho la villa de Cea. En 1.931, después de siglos de pleitos y litigios el pueblo de Cea acuerda con el de Valdavida la cesión del 10% del monte a cambio de la renuncia de éste a su derecho a pastos. Pero los límites no quedaron claros hasta 1943. En 1944, la Junta Vecinal de Cea vende el monte y es aquirido en retracto por el Patrimonio Forestal del Estado por 560.000pts. En 1944 el Ingeniero de Montes D. Juan Jesús Molina Rodríguez redacta la Memoria de Reconocimiento del Monte de Riocamba, dividiendo al monte en tres secciones y trece rodales. Es el primer documento de carácter forestal relacionado con el monte, y ya contiene una serie de propuestas de actuación para la mejora del mismo y se redacta el primer proyecto de repoblación de las 2780 hct de monte y sus aledaños. Se construye una gran casa forestal y diversas dependencias para acoger a los trabajadores, se instala un gran vivero para producción de planta forestal, se hacen diversas charcas en el monte para proporcionar agua a la fauna que está comenzando a recuperarse. Decenas de familias trabajan y viven en Riocamba, varios niños nacen allí; se crea una escuela para su educación, se levanta una ermita. En agosto de 1996 la ermita del complejo es saqueada por completo robando una talla de San Juan en madera barnizada, un sagrario que contenia un cáliz dorado, una imagen de la Virgen, una lámpara de madera y una talla de escayola del niño Jesús con su cuna, incluso las peanas de mármol que sustentaban las imágenes son arrancadas de la pared. Recientemente el campanario ha sido derrumbado para expoliar su campana.
En 1967, desde Vegamian es trasladada a Riocamba piedra a piedra una espectacular fachada de una casona hidalga de finales del siglo XVI, elaborada en piedra arenisca de color claro, con sendos blasones y escudos y varias inscripciones que citan Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe… porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino espirituales que es salvada gracias al interés personal del ingeniero de Montes que trabajó anteriormente en Vegamian de quedarse bajo las aguas del embalse del Porma, en el valle de Vegamian. Cuatro años más tarde, en 1971, se levantó como fachada de la Escuela de Guardas Forestales y allí permanece formando parte del edificio, actualmente sin cometido alguno, durante los últimos años se han abandonado las instalaciones, que presentan un estado de ruina preocupante. Actualmente residen allí un agente medioambiental y un peón forestal junto a su familia.
El monte de Riocamba es considerado como el pulmón de Castilla y León y de él se extraen anualmente gran cantidad de metros cúbicos de madera (unas 5000 tm/año) de pino procedente de la repoblación de hace más de 70 años. Multitud de vecinos de los pueblos de los alrededores trabajaron en su reforestación, generando riqueza y trabajo muy querido por los pueblos de la comarca, que al visitar las instalaciones sienten nostalgia de aquellos maravillosos años.
Sin protección específica
2002: Se presentó un proyecto de rehabilitación en el que se contemplaban varias posibilidades para darle viabilidad, una como centro de interpretación de la naturaleza, con un pequeño museo sobre la historia de la reforestación de este monte y otra como albergue juvenil. De lo que no cabe duda es de las enormes posibilidades en el campo de la bioenergía por la riqueza forestal existente y en el algún tipo de industria de la madera.
Casa forestal llena de goteras, segundo piso inhabitable, desplomes de paredes, pérdida de parte del tejado que protege la fachada del siglo XVI, humedades y escaleras de acceso a la fachada trasera caída y la del otro torreón prácticamente caída…
Pérdida total de uno de los complejos más completos y mejor exponente de las repoblaciones realizadas en la posguerra, por Patrimonio forestal e ICONA.
2019
Piden a la Junta que adquiera la Torre junto a la ermita de San Jorge. Hoy. 29 de julio
Revista Promonumenta Número X La historia de un monumento trashumante