Casa Fuerte de los Beteta

PATRIMONIO MILITAR, Castillos y conjuntos arquitectónicos fortificados

Información general

Historia:

El origen de este palacio se encuentra en una casa fuerte del siglo XV, propiedad de un rico judío quien, tras su expulsión en 1492, la vendió a la familia de los Beteta, alcaides del castillo.

La Aljama judía de Soria llegó a ser una de las las diez aljamas mayores del reino de Castilla durante el siglo XV y se extendía desde el Castillo hasta las proximidades de la Plaza Mayor. Adquirida la propiedad por Jorge de Beteta, fue reformada en 1536 para adaptarla a la moda palaciega de la época, interviniendo el cantero Juan de la Vega. La familia tenía casa-solar en la villa de Beteta, nombre que tomó por apellido, pasando una rama de la familia a Soria a través de Gonzalo de Beteta, que fue alcaide de la fortaleza de Soria durante treinta años, desde mayo de 1459 hasta 1489.

Durante el siglo XVI sirvió de hospedaje de nobles que acudían de visita a Soria, entre los que se pueden destacar a Felipe II y Santa Teresa de Jesús, que recibió la bendición del Obispo de Osma desde uno de sus balcones cuando se desplazó para fundar el Convento de la Santísima Trinidad. Juan López de Velasco cuenta en carta, fechada en Madrid el 21 de agosto de 1577, que Jorge de Beteta presentó a Felipe II, para su Real Biblioteca «diez u once volúmenes de libros manuscritos antiguos…», y una Biblia gótica que custodiaba en la biblioteca de esta casa. Entre los códices entregados se encontraba el Beato de El Escorial.

Habiendo muerto el último descendiente directo, don Jorge de Beteta y Castilla sin sucesión en 1577, dejó sus bienes a su sobrino Juan de Castilla y Beteta, que había adoptado el apellido de su madre «Castilla». Tras su muerte, en 1589, quedó en posesión del Mayorazgo su hermana doña Juana de Castilla, casada con Fernando de Vega, señor de Grajal, heredando después todos los bienes el segundo hijo de este matrimonio, Suero de Vega, por lo que la casa también se conoce como «Palacio de Suero de Vega» o «Sorovega».

En 1603 el palacio sufrió un incendio salvándose sólo la torre, que siguió estando habitada, siendo la última propietaria noble que la habitó la III Duquesa de Fernán Nuñez quien lo vendió en 1855. Por estas fechas, el edificio comenzó a denominarse erróneamente como Torre de Doña Urraca ya que, según una leyenda del siglo XIX, la reina había sido encerrada aquí. Tiempo después fue una pensión llamada “Posada de la Gitana” y más tarde pasaría a ser propiedad de la familia Ruiz Pedroviejo quienes construirían en parte de este solar los «Garajes de Gonzalo Ruíz».

Descripción:

La Casa Fuerte de los Beteta es de planta rectangular con cuatro pisos, construida con gruesos muros de mampostería, con piedra sillar en las esquinas, puertas y ventanas, así como con un artesonado en los techos de algunas habitaciones del interior. A principios del siglo XVI, se acondicionó el palacio de estilo plateresco en torno a la torre y se reformaron los huecos de la misma para armonizarla con el resto de la edificación.

La portada principal sigue una tipología extendida en la ciudad, aplicada en el Palacio de los Ríos y Salcedo o en la portada sur de la Concatedral de San Pedro; se abre en arco de medio punto enmarcado entre pequeñas pilastras, con alto friso y coronada por una ventana decorada de igual manera que los balcones de la segunda planta de la torre, ya que fueron añadidos en la misma reforma. Esta fachada daba acceso al interior del palacio, posiblemente, a un zaguán y patio porticado.

En el incendio de 1603 quedó únicamente habitable la torre, por sus gruesos muros, y el cuerpo trasero del palacio que, actualmente, presenta huecos recercados con columnillas y bocel liso. También subsistió el lienzo de la fachada principal que daba acceso al interior de la manzana, aunque fue sustituido por un arco rebajado más sencillo en la gran reforma que sufrió en el siglo XX y en la que también se desmochó la torre, suprimiendo el último piso.

La casa fuerte contaba con un extenso perímetro casi amurallado con muros de piedra almenada con merlones que se extendían en toda la manzana, y del que se conservan diversos e importantes tramos. Este recinto responde a un tipo de construcción palaciega con huerto o jardín asociado, que ha desaparecido prácticamente de la ciudad. Además, cobijaba otras dependencias anexas al palacio tales como graneros, cuadras y caballerizas de las que se conserva un edificio rectangular y alargado construido a base de mampostería y tapial.

En los planos del siglo XIX podemos advertir una serie de muros interiores que delimitaban diferentes espacios. Gran parte de estos muros de división se conservan en la actualidad conviviendo con la exuberancia vegetal y los rincones que esconde la cerca con arces, algún pino piñonero o higueras.

Estos terrenos conocidos como los “prados de los Señores de Beteta o Suero de la Vega” fueron en parte ocupados por los Cocherones de Gonzalo Ruíz en el siglo XX, construyéndose una nave de planta basilical en ellos, pero manteniéndose el espacio abierto de los antiguos prados.

Grado de protección legal:

BIC - Bien de Interés Cultural y catalogado dentro del Conjunto Histórico del Casco Antiguo de Soria.

Estado de conservación:

Buen estado de conservación. Sin embargo, con la aprobación de la Modificación Puntual de la ordenación de la manzana (2020) se plantea el derribo de gran parte de la cerca almenada, los jardines y las estructuras vinculadas al palacio.