Posiblemente construida por la familia noble de los Ibáñez Cuevas, dueños de extensas propiedades en la población durante el siglo XVIII. En 1770 pertenecía a Joaquín Cavero y Pueyo, conde de Sobradiel. Desde el siglo XIX, fue perdiendo su carácter y hacia 1915, fue dividido en dos mitades, rompiendo la distribución interior y exterior. Fue cegado el portal principal y se abrieron dos puertas laterales que, además, obligaron a tapiar los balcones de la planta noble. Lo mismo sucedió con los ventanales del primer piso. Actualmente presenta un aspecto asimétrico y desordenado, aunque la distribución original todavía es identificable y recuperable. El escudo del portal principal fue picado, por lo que resulta imposible identificar al linaje que representó. En cuanto al patrimonio mueble de su interior, se perdió y se desconoce su paradero.
Edificio de planta cuadrada de un solo cuerpo con tejado a cuatro aguas. De planta baja y dos pisos, está realizado en sillería y mampostería de piedra caliza con un acentuado aspecto señorial. La planta noble estuvo presidida por una gran portalada adintelada en sillería, flanqueada por dos balcones con rejería de forja con motivos vegetales y tres más abiertos en la primera planta. La planta superior, de altura menor, tiene pequeños vanos por los cuatro lados. Por su estética y distribución, podría ser contemporánea de la vecina iglesia parroquial (siglo XVI). Además, es similar en estética y monumentalidad a otras casas solariegas de la comarca.
El 9 de mayo de 2008 el Ayuntamiento la declaró Monumento de Interés Local, de acuerdo con la Ley 3/1999, de 3 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés.
Actualmente, el edificio se encuentra vacío y deshabitado. A principios de siglo, el ayuntamiento de Fuentes Claras compró una de las mitades y parte de sus terrenos adyacentes, lo que permitió reparar su estructura y arreglar la cubierta, además de abrir una plaza pública que hoy es el nuevo centro neurálgico de la población. Queda pendiente adquirir la segunda mitad del inmueble, lo que hasta ahora ha sido imposible por la oposición de los herederos. Se prevé rehabilitar íntegramente el edificio cuando sea enteramente de titularidad pública, dándole un uso público como casa de cultura o museo y recuperando su distribución externa original. Tampoco es descartable una función futura como ayuntamiento, dado que es más grande, céntrico y monumental que el actual.
La Casa Grande es el ejemplo más destacado de arquitectura civil de la población por encima incluso del propio Ayuntamiento. La mitad del edificio en manos municipales está adecuadamente reparada y mantenida, pero la estructura general corre peligro debido a la escasa atención de la otra mitad, llevándose solamente a cabo reparaciones puntuales y las imprescindibles por ley. Esta situación se ha agravado últimamente, hace urgente encontrar una solución que satisfaga todas las partes y permita actuar integralmente en el edificio para evitar su derrumbe.