La primera mención escrita del castillo de Carabanchel, de la que se tiene constancia, data de 1205 (Ruano, 2000, p. 588), año en que el rey Alfonso VIII confirma la donación realizada dos años antes por su propietario, el conde Fernando Núñez de Lara, a la Orden de Santiago. En 1189 el conde había recibido la por entonces aldea yerma de Carabanchel, junto a la de Huerta, lo que ha llevado a pensar que fuera dicho noble quien alzara el castillo (González, 1975, p. 267). En 1207 su nombre ya había pasado a ser Monreal como se advierte del fuero que le es otorgado por el maestre de Santiago (Ruano, 2000, p. 589). Su futuro parece estar ligado a la Orden, y más tarde al Estado, hasta las desamortizaciones del siglo XIX.
Situado a 9 km del término municipal de Dos Barrios, el castillo se alza sobre un cerro que domina el Valle de Valdecarábanos, sobre La Mancha toledana. Actualmente, quedan pocos restos de lo que debió ser una imponente fortaleza, con fuerte muralla, foso y gran plaza de armas. De difícil acceso, según las fuentes literarias. El deficiente estado de conservación del castillo impide trazar con exactitud su primitiva planta. La misma debió de adaptarse al cerro sobre el que se asienta el enclave y, por ende, asemejarse a un triángulo isósceles cuya base correspondería al lienzo norte, abierto a la llanura. Edificado con mampostería y argamasa de cal y arena, únicamente resta de él, en un estado aceptable de conservación, la esquina noreste. Esta, muestra todavía una altura reseñable. En la cara externa del lado norte destacan dos vanos, en lo que sería la segunda planta del edificio. En el lado este encontramos todavía una torre semicircular. En cuanto al interior destacan, adosadas al paño norte, dos estancias paralelas cubiertas por bóvedas de cañón. Según B. Pavón Maldonado, existen elementos arquitectónicos como la entrada acodada que permiten calificar la fortificación como islámica.
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Su estado de conservación actualmente es deficiente. Los escasos muros que se conservan, en el lado norte, sufren una notable pérdida de material en sus cimientos; una situación que es también compartida por la única torre conservada. Igualmente, las estancias abovedadas situadas en el interior de la fortificación presentan grietas de gran envergadura.
Deterioro progresivo de la zona muraria así como de las estancias abovedadas interiores, pudiendo llevar a su definitiva desaparición.
Enlaces
El Castillo de Monreal a vista de dron. Youtube
El Castillo de Monreal, en dos Barrios. Sodormina
El Castillo de Monreal/Castillo de Carabanchel. CastillosNet
Bibliografía
González González, J., Repoblación de Castilla la Nueva, Madrid, 1975.
Martín Cleto, J.P., Castillos de Toledo. Temas toledanos, Toledo, 1980
Muñoz Ruano, J., Construcciones histórico militares en la línea estratégica del Tajo, (Tesis Doctoral) Universidad Complutense de Madrid, 2000.