Sus orígenes son musulmanes pero tras la reconquista por Alfonso I mantiene su importancia debido a su posición fronteriza con Castilla. Pedro IV lo empeñó por 60.000 sueldos a Enrique de Trastámara para poder financiar parte de la guerra con los castellanos, siendo recuperado en 1357. En ese mismo año fue reconstruido en parte, debido a un enfrentamiento con los castellanos de Pedro el Cruel, tras el cual incendiaron la población. En el siglo XV volvió a la actividad bélica cuando el condestable don Álvaro de Luna ataca Aragón.
Se trata de un castillo roquero de pequeñas dimensiones, debido a que la superficie del cerro donde se ubica mide alrededor de 40 metros de eje. Acomodado a la forma redondeada del tozal, tiene un foso excavado en la piedra que dificultaba el asalto al castillo y al que sólo se podía acceder por un puente levadizo. La fachada oriental conserva tres torres rectangulares. Las dos principales miden unos 6 por 5 metros de lado. En el interior están cubiertas por bóvedas de cañón apuntado en la planta superior, comunicadas entre sí por un pasillo de ronda hoy casi desaparecido. Entre ambas torres se encuentra la puerta de acceso en arco de medio punto.
BIC
La Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón y el Ministerio de Fomento han firmado en diciembre 2010 un convenio para la consolidación y restauración de los restos del castillo de Anento. La partida global es de 239.782,01 euros y la financiación se reparte al 50% entre ambas instituciones.
El castillo no se conserva en su totalidad, pero gracias a la última restauración realizada, se ha conseguido recuperar parte de su aspecto original y facilitar la comprensión al visitante de cómo era originariamente.
Ruina progresiva por abandono.
Se consolida y se restauran los restos del castillo