El castillo fue construido en el siglo XII por Don Manrique de Lara, señor de Molina, en el extremo de su señorío, aprovechando para ello una antigua torre musulmana. En aquel momento, desde las cercanas fortalezas árabes de Algora y de Torremocha del Campo se lanzaban ataques y escaramuzas hacia La Torresaviñán, lo que justifica la necesidad de levantar una línea defensiva a base de castillos y torres: en la misma época fueron levantadas las fortalezas de Tortonda y de Torrecuadrada de los Valles, defendiendo las tres un territorio que fue repoblado con colonos burgaleses a lo largo del siglo.
El castillo fue reforzado en el siglo XIV y reformado en el siglo XV.
Durante la Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones, los ejércitos de los austracistas, en retirada, volaron a cañonazos las murallas y parte de la torre del castillo, según Francisco Layna Serrano, debido a lo cual presenta su actual aspecto.
El castillo era de planta cuadrada, y contaba con torres en sus cuatro vértices, de las que hoy día sólo permanece en pie la mayor, situada en el ángulo oeste, y que da nombre a la fortaleza, dominando una vasta extension de terreno con sus quince metros de altura. La fortaleza, cuyo interior apenas cubría un centenar de metros, estába rodeada por dobles fosos.
BIC
Abandonado y en estado de ruina progresiva.
Hundimientos.
Bibliografía:
Layna Serrano, Francisco. Castillos de Guadalajara, Colección Obras Completas de Layna, 2, ediciones AACHE, Pp.241-246. Guadalajara, 1994.
Herrera Casado, Antonio. Castillos y Fortalezas de Castilla-La Mancha, Colección Tierra de Castilla-La Mancha, 1, ediciones AACHE, p. 192. Guadalajara, 2003.
Herrera Casado, Antonio. Guía de Campo de los Castillos de Guadalajara, Colección Tierra de Guadalajara, 24, ediciones AACHE, págs. 63-64. Guadalajara, 1999.
VV.AA. Castillos de España, volumen II, editorial Everest, S.A, p. 796. León, 1997.