Vera de Moncayo es una población de origen musulmán conquistada por Alfonso I en 1133 después de la caída de Borja y Tarazona. Formaba parte en 1126 del señorío de Pedro Atarés junto con Huesca, Borja, Rivas, Tarazona, Grisel y Samangos, pasando después a Blasco de Huesca, que entregó carta de población a sus habitantes en 1162. En 1172 fue donada esta población y su castillo por Alfonso II al monasterio cisterciense de Veruela, en cuyo poder permaneció hasta la desamortización de sus bienes. En 1357, al comienzo de la guerra de los dos Pedros, el castillo sirvió de refugio a la comunidad de cistercienses que luego marchó a Borja y Zaragoza cuando entraron los castellanos. A comienzos del siglo XV, el monasterio se ocupó de hacer obras en el castillo por las que tuvo que endeudarse, previsiblemente para prepararlo ante la guerra con Castilla.
Vera volvió a ser tomada por los castellanos nuevamente en 1462, junto con Veruela y Alcalá, siendo éste el último suceso bélico registrado. Se vio envuelto durante el siglo XV en las luchas entre Alfonso V y la familia Luna y en las guerras entre Aragón y Castilla. De ubicación estratégica en la defensa del valle de Huecha.
El castillo fue construido en la parte más alta de su casco urbano. Sus escasos restos se encuentran en un avanzado espolón, cerca de la iglesia parroquial. Se componen de tres muros que conforman un recinto triangular de unos 20 por 12 metros, construidos con piedra y tapial con algunos refuerzos de ladrillo. En la base del espolón se pueden apreciar profundas bodegas, algunas con bóvedas de cañón, que pertenecerían a los sótanos del castillo. Solo se pueden reconocer dos lienzos de mampostería y un torreón rectangular con almenas góticas. Su planta tenía forma de polígono irregular de cinco lados, adaptados a la orografía del lugar.
BIC
Se han realizado obras de consolidación y rehabilitación de algunos de sus muros. Poco más se puede hacer dado el estado del castillo. Se retira de la Lista Roja
Se han realizado obras de consolidación y rehabilitación de algunos de sus muros.
Riesgo de ruina total por abandono.