Castro cántabro de La Loma y asedio romano

PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO, Yacimientos arqueológicos

Información general

Historia:

El castro de La Loma estuvo habitado por los tamáricos o camáricos (una de las tribus que ocupaban la actual Cantabria). Entre los años 29 y 26 a.C., el emperador romano Augusto dirigió una serie de campañas militares para someter a cántabros y a astures (Bellum Cantabricum). En este contexto sucedió el asedio de La Loma, en el año 25 a.C., en el que tras lograr el triunfo, los romanos arrasaron el castro, cegaron el foso y destruyeron la muralla, quedando el lugar deshabitado durante toda la historia posterior.

Descripción:

El castro cántabro de La Loma se encuentra a 1.124 metros de altitud y cuenta con un total de 10,18 hectáreas de superficie, extensión que nos habla sobre la importancia que debió tener el oppidum en la Antigüedad. El castro se encuentra protegido de forma natural por sus sectores suroeste y sureste gracias a los accidentes geográficos que la rodean, siendo la zona norte y nordeste el punto más accesible.

Tras cuatro campañas de excavaciones, se han desenterrado cabañas interiores, restos de un baluarte defensivo y parte de la muralla. Esta última supera los doce metros de alto y se complementa con un foso en V de cuatro metros de ancho tallado en el subsuelo rocoso.

En torno al oppidum se han hallado diversas estructuras de los campamentos romanos que asediaron el castro. Al sureste del mismo, se encuentra el campamento legionario principal, cuya extensión casi alcanza las seis hectáreas. Se conserva su perímetro defensivo, formado por un aterrazamiento de tierra y piedra (agger) y una puerta en clavícula interna (recurso militar muy extendido entre los romanos en esta época).

Grado de protección legal:

Sin protección específica

Estado de conservación:

Actualmente en abandono después de cuatro campañas de excavaciones.