Las ruinas actuales del Convento de San Onofre siguen teniendo como portada aquella levantada, de cara al Oeste, como acceso a la ermita erigida en 1447, de ladrillo y claro aire mudéjar, ampliada y convertida en convento cinco décadas después. El convento será restaurado en 1560 tras un incendio que asoló la iglesia y parte de las dependencias del mismo. Lorenzo IV Suárez de Figueroa lo enriquecerá con nuevos retablos y altares en 1583, ampliándose el inmueble después, en 1589, hasta alcanzar su máximo apogeo, logrando albergar en su época de máximo esplendor cerca de 150 hermanos, alzándose como uno de los mayores y mejor dotados conventos de la Provincia de San Gabriel.
Tras la conversión del edificio y sucesivas reformas y ampliaciones de 1560 y 1589, el mismo quedará delimitado, como en la actualidad persiste, entre dos bancales, ubicándose la iglesia del convento a la izquierda de la portada, sobre el bancal norte, y el refectorio junto al bancal sur. Las celdas se ubicarían sobre éste, así como sobre las cocinas, separadas del inmueble principal y levantadas en la zona oriental, junto al camino que llevaría a la Ermita de San Juan Evangelista. Diversos aljibes recogerían el agua de lluvia a través de tuberías cerámicas, mientras que el agua de manantial sería utilizada para el regadío de las huertas. Un claustro central daría paso a todas las estancias con que contaría este inmueble de dos plantas, mientras que un torreón escalonado adosado al bancal norte, dotado de almenas y matacanes.
La llegada del siglo XIX, por el contrario, conllevará el declive progresivo del lugar, tras ser expulsados los ocho hermanos que aún residían en el convento a raíz de la publicación de la Real Orden de Exclaustración Eclesiástica de 1835, y la apropiación del edificio y propiedades anexas al mismo por parte del Gobierno una vez decretada la desamortización de Mendizábal en 1836. En 1842, con la independencia de la villa de La Lapa de la jurisdicción de Zafra, el enclave fue cedido al nuevo Ayuntamiento. Mientras que la iglesia del convento se convertía en 1843 en la parroquia de la nueva villa, el concejo habilitaría el resto de dependencias y terrenos a Casa Consistorial, cárcel municipal y cementerio.
Con la construcción de la actual Iglesia Parroquial de San Onofre dentro del casco urbano, a finales del siglo XIX, el antiguo convento fue definitivamente abandonado, pasando a manos privadas. Una gran parte de las obras de arte fueron trasladadas a la parroquia actual, mientras que otras fueron enajenadas o desaparecieron.
A nivel arquitectónico el convento pasó por distintas etapas constructivas y diversas transformaciones bajo la protección de la casa de Feria, consiguiendo una etapa de estabilidad y esplendor con una amplia comunidad de frailes durante el siglo XVI. El pequeño oratorio erigido en 1447 se convirtió en un imponente convento, cuya estructura era la común para los edificios conventuales de la época, con dos plantas articuladas en torno a un claustro y con diversos recursos para la labranza y la subsistencia -como aljibes y establos-. Como elementos llamativos, contaba con un torreón fortificado y un ingenioso sistema de canalización del agua corriente. Igualmente, poseía un singular mirador que servía de atalaya, ya que su intencionalidad desde un principio fue claramente residencial, habida cuenta de que era el lugar elegido por los Condes y Duques de la casa de Feria para residir durante determinadas temporadas del año. También debe destacarse su biblioteca, que contaba con un importante volumen de libros. Sin embargo, con la desamortización de Mendizábal de 1836 estos libros fueron quemados o pasaron a propiedad privada.
Sin protección específica
Edificio en ruina utilizado como cuadra y lugar de almacenaje de aperos y material de construcción; sólo subsisten el torreón-mirador y varios muros de cierre, así como la fachada principal del edificio y restos de las antiguas cocinas, habiendo desaparecido la práctica totalidad de las estancias internas, cuyos vestigios de muros y bóvedas se esparcen como escombros por el enclave, cubiertos de abundante vegetación que inunda el interior del inmueble; los esgrafiados y elementos decorativos han sido saqueados y los restantes se conservan en muy mal estado; la ermita anexa de San Juan Evangelista ha sido recientemente restaurada.
Gran deterioro y posible desaparición paulatina del monumento y sus esgrafiados a través de las inclemencias del tiempo, la acción devastadora de la vegetación y el uso para almacenaje y labores agroganaderas; riesgo de derrumbe de los muros que quedan en pie.
Enlaces
Convento de san Onofre, Caminos de Cultura.
Historia: El Convento Franciscano de San Onofre en La Lapa. Agenda Zafra.