Fundado en 1366 por Don Juan, duque de Arcos, fue el primer convento establecido en el término de Marchena, a unos cuatro kilómetros de la población. En el edificio se daba culto a una imagen (actualmente en la capilla de la Vera Cruz), el Santo Cristo del Pan de la devoción del pueblo, donde según un escrito del año 1500, «se veneraba en tiempos de carestía y faltas de agua». Conocido vulgarmente como Santa Olalla, el convento desarrolló su labor doctrinal durante varios siglos, llegando a poseer una extensa biblioteca de más de 4.000 libros (fue la mayor biblioteca de los franciscanos andaluces hasta su traslado a Santo Domingo durante la ocupación francesa) y del que partieron a evangelizar misioneros tan influyentes como Antonio de Marchena, Juan de Santorcaz (pionero en la cristianización de las islas Canarias) y Fray Luis de Bolaños (uno de los iniciadores del sistema de las reducciones en Paraguay y Argentina). En 1814 el inmueble fue convertido en fortaleza y rodeado de muros a causa de la invasión francesa, pero tras la derrota de los franceses fue habitado de nuevo por frailes durante algunas décadas más. Cuando se desalojó el convento en 1867, víctima de las desamortizaciones, algunas de sus imágenes y retablos pasaron a otros templos de la localidad. Actualmente apenas quedan unos pocos restos.
El convento era de una sola nave cubierta con bóvedas, la de la capilla mayor era de media naranja. Según la descripción de un inventario de 1835, su altar mayor era dorado y poseía una talla de la Concepción sobre un tabernáculo, con esculturas de San José y Santa Eulalia y altares para el Cristo de la Salud, una Dolorosa, Cristo del Pan, San José y San Antonio (en la capilla de la Veracruz se conservan los tres últimos). También destacaban un púlpito de hierro, nueve pinturas y un coro. Una cruz de madera y esmaltes con la inscripción de Santa Eulalia se guardan hoy en día en la capilla de Jesús Nazareno. También sabemos que el convento tenía cinco campanas que fueron desmontadas para enviarlas a otros inmuebles. Actualmente se pueden ver resquicios del primitivo convento medieval, como algún arco apuntado. Está practicante en ruinas y cubierto por abundante vegetación. La mayoría de sus bienes fueron repartidos entre las otras parroquias de la localidad. Como dato curioso, cabe destacar que en un rincón de las ruinas encontramos una lápida romana del siglo I, con la inscripción «A Postumia Annula, hija de Lucio, de su liberto Acanto» (según el experto Enrique García Vargas, el esclavo liberto Acanto pagaría la inscripción en honor a su dueña). No hay yacimientos romanos en la zona, por lo que esa lápida parece ser una pieza reutilizada para la construcción del convento, procedente de otro lugar.
Sin protección específica
2022 Agosto: se ha podido constatar, por la comparación de fotografías realizadas al pedestal romano de mediados del s. I d.C., localizado recientemente en Santa Eulalia, la pérdida de un trozo en dicha pieza histórica, que ha provocado la desaparición de una parte del texto en ella inscrito, en concreto la letra “M” de Marco y parte de la letra “C” de CORNELIO.
2022 Febrero: se crea la Asociación Amigos del Convento de Santa Eulalia de Marchena para defender y poner en valor el convento.
En ruinas y abandonado.
Abandono del edificio. Si no se actúa pronto, corre el riesgo de desaparecer.
2022
Las incógnitas de la ‘piedra de Rosetta’ de Marchena. El País, 21 de marzo
2017
Bienes de Santa Eulalia fuero repartidos por otras iglesias de Marchena. Marchena Secreta, 28 de mayo.
Enlaces
Apuntes históricos de la Villa de Marchena. Junta de Andalucía.