El origen de Tablada se remonta, como atestiguan los documentos, al siglo X, por lo que atesora un indiscutible valor histórico. Fue un lugar poblado durante toda la Edad Media y en los primeros siglos de la Edad Moderna, aunque a mediados del siglo XVIII ya está abandonado y sólo queda allí el templo dedicado a Santa Olalla reconvertido en ermita.
La finca perteneció al marquesado de San Vicente del Barco hasta principios del siglo XIX, cuando fue adquirida por la familia Barbadillo.
Los restos conservados en la actualidad se corresponden con las dos últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras del XX, cuando el caserío se repuebla con varias familias, se construye la casa señorial y se rehabilita la iglesia. De este momento datan la cerca perimetral, las construcciones agrícolas y el resto de viviendas.
La finca tuvo su particular protagonismo durante el llamado Sexenio Revolucionario, entre 1868 y 1874, por ser propiedad de un destacado político del momento, don Manuel Ruiz Zorrilla, que, entre otros cargos, ostentó el de presidente del gobierno durante el reinado de Amadeo de Saboya y que utilizaba Tablada como lugar de retiro y descanso. Durante ese periodo fue, además, un lugar de experimentación y desarrollo de nuevas tecnologías agrícolas, siendo uno de los primeros lugares del país en utilizar maquinaria agrícola moderna. En 1933, por último, la dehesa es comprada por el Sindicato Agrícola de Villaviudas y es dividida en parcelas entre sus socios para su explotación.
El caserío de Tablada se emplaza sobre un pequeño cotarro destacado sobre el terreno circundante situado unos 2750 m al E-NE del casco urbano de Villaviudas y con una superficie de 3,02 ha. Está rodeado por un muro de piedra y adobe que delimita un especio de tendencia circular y que acoge en su interior las ruinas de diversas construcciones entre las que destacan los restos de un palacete o casa principal de grandes dimensiones y trazado en U y una ermita o capilla, ambos edificios construidos con aparejo regular de piedra y, en el caso del templo, con sus puertas y ventanas reforzadas con ladrillo. Se distingue una amplia nave central identificada como panera, así como varias construcciones destinadas a viviendas o a diferentes actividades agrícolas, ganaderas o de tipo industrial o artesanal. Así mismo, puede adivinarse con cierta facilidad el trazado de las calles. En las proximidades del viejo caserío, a escasos 600 m, se halla un gran lagar con dos áreas de prensado, una bodega con dos amplias galerías y un aljibe, todo ello rodeado de un paisaje de árboles frutales y ornamentales datados en la segunda mitad del siglo XIX.
Incluido en el catálogo de Yacimientos Arqueológicos de la Provincia de Palencia (136428). Catálogo arqueológico para las Normas Urbanísticas Municipales. Suelo rústico con protección cultural.
Actualmente el caserío se encuentra en un avanzado estado de deterioro. Ninguna de sus construcciones conserva cubierta y los muros han perdido gran parte de su alzado. El palacete central está gravemente deteriorado, con amplias grietas que amenazan los lienzos que aún se conservan en pie y rodeado de maleza y escombros de los últimos derrumbes, pese a todo, todavía puede apreciarse en algunos tramos su porte original. La capilla adosada muestras sus muros descarnados y buena parte de los vanos amenazan desplomarse. El resto de construcciones, en las que predominaba el adobe, se encuentran en peor estado, y lo mismo cabe decir del muro perimetral de la finca.
El carácter singular del caserío, más allá de su pasado medieval de indudable valor histórico, radica en ser un lugar en el que se halla “fosilizada” una comunidad agrícola de finales del siglo XIX y principios del XX organizada y planificada para dar trabajo a un buen número de familias y, a la vez, como laboratorio de pruebas para la inminente mecanización de la agricultura en España. Su progresivo deterioro podría avanzar a una velocidad aún mayor a partir de ahora y su desaparición supondría la irreparable pérdida de una rica información histórica y de un bien patrimonial de tipo cultural original, por cuanto afecta a un momento del pasado al que no se presta la atención que merece. El conjunto aúna relevantes elementos artísticos singulares, como el palacete y la iglesia, con otros de raigambre popular e indudable valor etnográfico, como las viviendas de los campesinos o las construcciones agrícolas y ganaderas.
2024
Villaviudas se tiñe de lila con su vistoso, aromático y visitado paseo. El Norte de Castilla, 23 de abril
Enlaces
Asamblea Vecinal «Proyecto Rehabilitación Dehesa La Tablada». Ayuntamiento Villaviudas
PROYECTO DE DESARROLLO INFORMATIVO DE LA HISTORIA DE LA DEHESA TABLADA DE VILLAVIUDAS. Ayuntamiento Villaviudas
Bibliografía
BEDERRO DE BENGOA, R. (1872). La Ilustración Española y Americana, Tablada, p. 399, ilustración p. 388.
GALÁN DÍEZ, J. (2014). El libro de Villaviudas, 169-175.
VALLEJO DEL BUSTO, M. (1978). El Cerrato Castellano, Valladolid: 456-459.
HIGUERAS CASTAÑEDA, E. (2014). Manuel Ruiz Zorrilla (1833-1895). Liberalismo Radical, Democracia y Cultura Revolucionaria en la España del siglo XIX, Tesis doctoral. Universidad de Castilla La Mancha.