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Encomienda Hospitalaria de Echávarri. Caserío de Echávarri

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PATRIMONIO CIVIL, Edificios singulares

Información general

Historia:

Echávarri constituye uno de los escasos testimonios conservados de recintos medievales de las órdenes militares y parece componer, además, junto con este otro conjunto arquitectónico, una tipología donde se combinan las influencias navarras y mediterráneas que pudo superponerse en el tiempo al proyecto románico original. Todavía perduran algunas partes más o menos completas de esta etapa, así como la intercalación de otras áreas que siguen un estilo gótico o, incluso, moderno, componiendo una superposición de lienzos murales, a modo de estratos, tal y como sucede en el resto de recintos de encomiendas navarras.

La orden sanjuanista fue la primera orden militar en instalarse en la comarca, de la mano del rey Sancho VI “el Sabio” que, en 1165, había donado al Hospital sus palacios de la cercana ciudad de Estella. Por esa misma época se documenta la existencia de la encomienda de Echávarri, que se hallaba ya establecida y en plena actividad expansionista.

Tras la disolución de la Orden del Temple en 1315, la encomienda de Aberin, como sucedió con Ribaforada −las dos únicas posesiones templarias en Navarra− pasó a formar parte del patrimonio sanjuanista. Con el tiempo, fue adquiriendo cada vez mayor relevancia en detrimento de Echávarri hasta que, en 1428, el maestre decretó la unión de ambas encomiendas y Aberin se convirtió en la encomienda cabeza de comarca absorbiendo a Echávarri.

Descripción:

El conjunto de edificios que componen la encomienda se asienta en la parte superior de una pequeña loma cuyos frentes septentrional, occidental y meridional finalizan en notable desnivel. Fue modificada parcialmente, al menos, en su costado norte, para dar forma a distintas terrazas. Una superior delimita el área de la encomienda y se encuentra demarcada por un murete de piedra bajo el cual discurre una calzada empedrada descendente hacia la vía que unía Estella y Lodosa. Al otro lado de la misma, al norte, varias terrazas más, dedicadas al cultivo, se prolongan en el barranco y el valle inferior. En la zona sur, y sobre una pequeña explanada que también se dispone en varios niveles, se acomoda el recinto conventual.

Sus muros revelan profundas alteraciones sufridas hasta bien entrado el siglo XX, con el fin de adaptar las edificaciones a las distintas necesidades surgidas de los usos agrícolas (almacenes de cereal, bodegas o rediles de ganado) y de habitación (edificación de viviendas al sur y al norte) a los que ha sido dedicada de forma continuada.
Finalmente, separado del caserío y aproximadamente 100 metros al sur del mismo, se emplaza un aljibe abovedado que seguiría la tónica de otras encomiendas y poblaciones de la época.

Los vestigios del recinto sanjuanista han resistido profundas reformas y transformaciones a lo largo de los siglos, que se prolongaron hasta el último tercio del siglo XX. Aunque también el paso del tiempo ejerció labores de desgaste y derrumbe, como sucedió en la década de 1980, cuando la tapia más occidental se desplomó sobre la ladera y la carretera adyacentes. Asimismo, en los años 1970 se llevó a cabo la demolición del inmueble más oriental del flanco sur, debido a su grave estado de deterioro. Por todo ello, resulta muy difícil apreciar cuál es la obra hospitalaria original y qué otras partes del edificio son fruto de reformas posteriores.

Grado de protección legal:

Sin protección específica

Estado de conservación:

Abandonado y ruina progresiva.

Image

Situación

Motivos de inclusión y retirada

Motivos de inclusión:

31 enero, 2014

Derrumbamiento y pérdida total de vestigios arquitectónicos.

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