Ermita románica reconvertida en almacén de grano, practicando una gran puerta en su muro oeste. Su portada desapareció hace tiempo, fue arrancada y acabó finalmente en el Museo Frederic Marés de Barcelona.
Templo de nave única, compuesto por cabecera plana y presbiterio al que se abre un ventanal en el muro sur -cegado- y cuatro tramos delimitados por cuatro pilares, con sus correspondientes arcos apuntados sobre los que se ha montado una cubierta de bovedillas de cemento y teja en total consonancia con su nueva función: la de granero. Hay una aspillera en el muro sur, en lo que debió de ser el presbiterio. La cabecera plana está desprovista de sus sillares externos, habiendo en su lugar un cerramiento de cemento, con contrafuerte. Los arcos fajones que debieron de soportar una bóveda apuntada, apean sobre capiteles lisos, a excepción de los dos últimos del muro norte que lo hacen en pilastras, enmarcando lo que debió de ser puerta. Los capiteles lisos y los arcos apuntados hacen pensar en el S XII bien avanzado.
Hay un par de grabados curiosos en los sillares del muro sur. Uno de ellos representa a un caballo, con su jinete bastante deteriorado. Otro, un motivo geométrico estrellado inscrito en círculo, de buena factura.
Sin protección específica
El interior se encuentra en razonable estado.
Sin mantenimiento profesional. Uso inadecuado.