Ermita de Nuestra Señora de los Remedios

PATRIMONIO RELIGIOSO, Ermitas y oratorios

Información general

Historia:

La primera constancia documental que tenemos de la existencia de una ermita en este lugar, data de aproximadamente el año 1520. Se conoce que fue ampliada en 1686 y que, en un inicio, esta ermita estaba bajo la advocación de San Salvador. Sin embargo, en los mapas se señala la existencia de un altar dedicado a Nuestra Señora de los Remedios; esta sustituyó en la titularidad a San Salvador, seguramente por la gran devoción que se profesaba por parte de la población hacia la imagen de la Virgen de los Remedios.

El aspecto actual de la ermita responde a dos fases bien diferenciadas. Por un lado, la fase de construcción de la planta e interior del edificio, realizada entre 1723 y 1731 gracias al impulso constructivo de varios devotos y la colaboración de los vecinos que desinteresadamente trabajaban en la obra, según consta en el «Libro de la Esclavitud de Nuestra Señora de los Remedios de 1715» custodiado en el Archivo Municipal de Sesma. Por otro lado, la fase de construcción de las fachadas del edificio, donde se introducen rasgos más llamativos e innovadores. Estas se construyen a partir de 1746, gracias al impulso de Juan Antonio Pérez de Arellano, Obispo de Casia e hijo del pueblo, relevante personaje en la corte.

Según se recoge en el «Libro de cuentas de la Basílica de los Remedios», custodiado en el mismo archivo, en palabras del propio Pérez de Arellano: “En el año 1746 vine de la Corte a esta Villa con el motivo de tomar los Aires Patricios para repararme de los accidentes que padecía”. Se reunió con los Patronos de la ermita de los Remedios y acordaron realizar obras en ella: “Se revestirían de ladrillo todas las paredes y para mayor hermosura de la fachada que cae en la parte occidental, se fabricarán dos torres del mismo material unidas a ella, desde sus esquinas hasta el crucero, correrán doce arcos, también de ladrillo, seis por la parte del medio día y los otros seis por la del norte, unos sobre otros por la mitad respectivamente. Para efectuar esta obra a la que se dio principio el día treinta de septiembre del mismo año 1746, solicitaron los dichos Patronos limosnas de algunos Patricios residentes en diferentes pueblos de estos Reinos y de la Nueva España, escribiéndoles las cartas correspondientes. Yo también las solicité para el mismo fin, de algunos amigos y conocidos, los cuales me las franquearon liberalmente. La voluntad de todos fue que las empleara a mi arbitrio en beneficio de dicha ermita. Todo quedó aquí anotado y lo entregué luego a los Sres. Patronos”.

Como se comprueba en el aspecto actual de la ermita, la obra quedó inconclusa, ya que nunca llegaron a construirse los arcos correspondientes a la fachada norte, seguramente por falta de financiación para la obra.

Descripción:

Tanto la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios como la casa del ermitaño adyacente, son construcciones edificadas en ladrillo, piedra, mampostería enlucida y tapial. La ermita cuenta con planta de cruz latina y está cubierta por bóvedas de medio cañón con lunetos, de tres tramos en la nave y un tramo en presbiterio y brazos del crucero; se observa una cúpula de media naranja en la intersección. En el lado del Evangelio, hay una pequeña sacristía.

Los rasgos más originales de la construcción los encontramos en las fachadas; estas lo convierten en un edificio relevante dentro del panorama de la arquitectura barroca en Navarra y lo ponen en relación con la arquitectura italiana e internacional de esa época.

Por un lado, la utilización de la fábrica de ladrillo aplantillado, dada la escasez de piedra de la zona y siguiendo la tradición de los obradores mudéjares tan presentes en todo el valle del Ebro. Por otro lado, el diseño de las fachadas denota el conocimiento y asimilación de los modelos borrominescos, con el uso de órdenes de pilastras de diferentes tamaños, la plata cóncava de la fachada oeste o la «elasticidad» de la parte central de los arcos en la fachada sur.

Estas fachadas fueron realizadas en 1746-1747, como así recoge la inscripción sobre la puerta principal del templo: «PIETATIS CULTORES EREXERUNT ME / ANNO D(OMI) NI 1747». Hay datos que permiten atribuir la autoría de las trazas de estas fachadas a Silvestre de Soria, natural de Sesma, que aparece referenciado como arquitecto, retablista, adornista y escultor.

Grado de protección legal:

Bien Inventariado (Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Navarra)

Estado de conservación:

El edificio se encuentra muy deteriorado y corre riesgo de hundimiento y colapso.  En los años 60, la ermita sufrió un incendio que acabó con casi todos los bienes muebles del interior de la misma y contribuyó a su deterioro. A ello se suman la aparición de diversas grietas, probablemente por problemas estructurales de cimentación y de la propia naturaleza de los materiales, al haber quedado parte de la obra inconclusa. Además, no existe apenas mantenimiento, ya que la ermita se encuentra cerrada y sin culto desde hace más de 30 años.