Esta iglesia pudo estar asociada en la Edad Media a un núcleo eremítico dependiente de San Frutos del Duratón, pues parecen se contemporáneas (siglo XI) y en las inmediaciones se han encontrado numerosas cuevas que podrían haber sido utilizadas para tal fin. Muy cerca se conserva un silo o pozo de nieve que debió ser de uso habitual en el poblado que presidía, la Hoz de San Julián. Esta ermita habría sido la iglesia del citado despoblado medieval, desaparecido durante la Edad Moderna, aunque sus restos se conservaron hasta el siglo XX y aún hoy hay señales de su existencia.
La Hoz de San Julián fue yacimiento arqueológico, donde se hallaron vestigios desde la Edad del Bronce. Muy cerca, se conservan pinturas rupestres en cuevas.
La ermita de San Julián fue construida sobre un templo anterior del que conserva un hastial. Descansa en un mirador natural, a unos cien metros de altura sobre el cañón del río Duratón, en un paisaje magnífico y dentro del propio Parque Natural de las Hoces del Duratón.
Del edificio se conservan tres de sus paredes, el arco de ingreso, el acceso a una pequeña cripta y el presbiterio, realizado en sillería. El ábside fue desmontado y los capiteles pasaron a manos privadas. Conserva numerosas marcas de cantería comunes al románico sepulvedano. No tiene techumbre.
Sin protección específica
Ruinoso y vandalizado.
El valor paisajístico y patrimonial.
Enlaces
Patrimonio religioso. Ermita de San Julián. Instituto de la Cultura tradicional segoviana. Manuel González Herrero.
La hoz de San Julián. Terra Nostrum.
Bibliografía
Conte Bragado, D.: Introducción a la arqueología en el cañón del Duratón, Fundación Promoción Social de la Cultura, Diputación de Segovia, 1993.
Linaje Conde, A.: «El canónico Eulogio Horcajo, primer cronista de Sepúlveda» en Estudios Segovianos, Nº50, 207-301.
De Pablos Martín, C.: La ermita invisible: imaginando San Julián, 2017.