De la ermita del Santo Cristo de Talaván, también conocida como capilla del cementerio viejo, sólo permanece en pie el abovedamiento más o menos semiesférico de la capilla mayor, la cual se remata en el exterior con una aguda pirámide maciza de ladrillo. El resto de techumbres y buena parte de los muros se han perdido, arrastrando consigo los esgrafiados que sustentaban. Durante el siglo XIX y buena parte del XX el recinto se adaptó como cementerio municipal. Su posterior desacralización y abandono coadyuvaron al aceleramiento de la ruina.
Lo más señalado de esta capilla es la colección de esgrafiados de peculiarísima iconografía. La cúpula de la capilla mayor presenta el conjunto de esgrafiados menos deteriorado y fragmentado (imagen 2), al que se le aplica además toques de pintura rojiza y añil (ésta muy palidecida). El cenit lo ocupa un disco gallonado o mandala compuesto por 21 gallones o pétalos. Desde este disco parte una retícula radial de esgrafiado que cubre toda la cúpula, formada básicamente por cuadrados que inscriben florones (imagen 3). Cada línea de la retícula está formada por un doble encintado, y en el entrecruzamiento de las líneas verticales con las horizontales este doble encintado dibuja un esquema en damero de 3 x 3. Esta malla se ordena en otros 21 gallones de gran tamaño que alcanzan la base de la cúpula, dando lugar a una concatenación de 21 superficies triangulares de lados curvos, que se han aprovechado para “retratar” a los personajes más singulares de la ermita: los que Gabriel Cusac ha dado en llamar réprobos (imagen 4). Estos se reproducen esgrafiados combinados con algunos toques de pintura roja y añil, y su aspecto más inmediato es el de querubines o serafines, figuras angélicas reducidas a la cabeza y a dos alas extendidas. Bajo estos serafines corren dos boceles que ciñen un friso con una inscripción en latín (imagen 3). El superior va decorado con simples puntos y rayas verticales, en tanto que en el inferior la ornamentación es de tipo de espiga o espina de pez. En conjunto forman un friso al estar unidos entre sí por medio de las alas. Llama la atención su aspecto feroz, con las fauces abiertas mostrando su afilada dentadura y los ojos en blanco. Cada réprobo va tocado con un capirote corto o tiara del que cuelga una borla de un cordón, todo perfilado en rojo, así como el moteado que rellena la superficie de cada capirote. Continúa el programa decorativo por la parte alta de los muros, lindando con la base de la bóveda mediante un friso de esgrafiado, en el que parejas de figuras fantásticas, mitad humanos y mitad vegetales, sujetan medallones con las Armas Christi o elementos de la Pasión de Cristo. Son un inmejorable ejemplo de esgrafiado cacereño de la Edad Moderna (ss. XVI-XVIII), manifestación artística autóctona que no tiene parangón en ningún otro lugar de España.
Sin protección específica
Abandonada y en ruinas. Parte de los esgrafiados perdidos por derrumbes.
Derrumbes con pérdida de la decoración de esgrafiados subsistentes.
2019
Denuncian la paralización de la rehabilitación de la ermita de Talaván donde están los ‘ángeles malos’. HOY. 2 de mayo
Enlaces
Domínguez Blanca, R. Informe sobre la ermita del Santo Cristo de Talaván (Cáceres). Centro de Estudios Bejaranos.
Gascón, C. La ermita del Santo Cristo de Talaván (Cáceres), otro episodio de patrimonio artístico a punto de perderse para siempre. Blog Pinceladas de Historia Bejarana.
Salvemos a los condenados de Talaván (Cáceres) y su ermita del Cristo. Petición en Change.org.