Fonte de Troncoso

PATRIMONIO CIVIL, Arquitectura Vernácula

Información general

Historia:

El descubrimiento de la fuente medicinal se atribuye con frecuencia, en falso, al párroco Domingo Blanco Lage, que en 1858 instaló una bañera. En 1864 mandó analizar las aguas por primera vez. A raíz del resultado obtenido, empezó la costumbre de tomar baños al aire libre en esa bañera, tal y como explicó en 1877 el doctor Isidro Pondal, médico director del Balneario de Mondariz. Veintisiete años más tarde, el médico y cronista Nicolás Taboada Leal constata que las condiciones de la fuente habían mejorado levemente. Pero no fue suficiente para impedir el largo litigio que mantuvo la familia Peinador con el Ayuntamiento de Mondariz por la titularidad de la Fonte de Troncoso. Fue un proceso legal que retrasó la intervención arquitectónica en este recinto. Aunque los propietarios del establecimiento balneario y los agüistas hicieron uso de ella desde 1873, la fuente apenas sufrió reforma alguna. Las riadas invernales del río Tea que anegaban el manantial causaban continuas molestias a los agüistas. En 1907, resuelto el pleito a favor de los Peinador, la nueva propiedad construye un muro de contención para evitar las frecuentes inundaciones, una gran escalinata para bajar a tomar las aguas, y comenzaron las obras proyectadas por Antonio Palacios. A día de hoy, el balneario está abandonado y en desuso.

Descripción:

El conjunto, conocido también como Saidoiro y As Augas de Abaixo, está compuesto por dos volúmenes arquitectónicos claramente diferenciados. Por una parte, un bloque de planta rectangular de unos 100 metros cuadrados levantado en piedra conformado por sótano y planta baja. Este edificio, que acogió en el piso inferior el taller de embotellado de agua mineral, contaba con una cubierta de teja plana a cuatro aguas, actualmente desaparecido por su derrumbe, que también destruyó el piso alto. En el piso superior existían cinco espacios: una cocina, dos dormitorios, una sala de estar y un despacho para el administrador. Los imafrontes norte y sur replican los grandes huecos cubiertos por arcos de medio punto que articulan los frontis de los edificios de la Fonte da Gándara y del edificio de A Baranda, lo que evidencia la voluntad de Palacios de dotar estas tres construcciones de un estilo común y reconocible, de forma que los agüistas identificaran en todos ellos una unidad formal en todo el balneario, tal y como avanzaba la memoria del proyecto, publicada por La Temporada de Mondariz en 1908. Una marquesina anexa, también de planta rectangular y de unos 130 metros cuadrados de superficie, fue realizada en fundición por las empresas de Antonio Sanjurjo Badía (responsable de la baranda modernista interior) y más por el Taller Mecánico de Manuel González (autor de la cubierta metálica y de la reja perimetral de finales del siglo XIX). Conformado por un sótano, que alberga el manantial de la fuente propiamente dicho, la planta que coincide con la rasante del paseo permite disfrutar de excelentes vistas sobre el río Tea a través de un balcón cubierto y volado. El acceso a este bloque de la edificación se realiza a través de dos puertas ubicadas en la fachada sur. Ambas dan acceso a la balconada y a una dupla escalinata curva que permitía descender hasta un patio cubierto. El proyecto, del arquitecto porriñés amigo personal de Enrique Peinador Lines, propietario del establecimiento balneario, nunca llegó a ser finalizado. Faltaron detalles como las esferas graníticas que debían finalizar en altura a las pilastras.

Grado de protección legal:

Integral.

Estado de conservación:

La marquesina, dotada con barandillas modernistas de fundición, se encuentra en muy mal estado y sin cuidar. El interior del edificio anexo, que se dedicó a obrador de embotellado de agua mineral y oficinas para el encargado de la fuente, acaba de desplomarse por completo, con la única salvedad de los muros portantes, a causa del abandono al que lo somete la propiedad.