La Mejorada Baja, ubicada entre la carretera Nacional IV y la autopista Sevilla-Cádiz, e inmediata al canal del Bajo Guadalquivir, es uno de los más espectaculares edificios de la arquitectura agrícola de Andalucía a pesar de su estado de ruina y de que su descomunal fábrica se encuentra ya en parte mimetizada con la tierra que la circunda. No obstante, todavía denota la grandeza de un edificio imponente.
Todo apunta a que la Mejorada Baja fue edificada en la segunda mitad del siglo XVIII o, al menos, así parecen indicar sus rasgos estilísticos. En 1773 Francisco Carrascoso fue contratado por don Manuel de Valle para realizar un proyecto de noria en la huerta de la hacienda, construyendo conjuntamente piletas, arcos y estantes, todo de piedra y ladrillo y por 2.000 reales. Además, en 1860 se construyó la mayor de las dos torres de contrapeso con las que cuenta, como señala su propia caña. No obstante, en 1726 don Luis Ortiz de Sandoval y doña Inés de Sandoval y Zúñiga solicitaron el derecho de capilla para un oratorio rural en la Mejorada, que podría ser la que en este caso tratamos, por lo que se podría retrotraer su construcción a la primera mitad de dicha centuria. Pero, por otra parte, puede que dicha alusión se refiriera a otra hacienda anterior, de la que en la actualidad no tengamos referencias materiales.
Se trata de una edificación con carácter regular, racional y planificado que hace pensar que se levantó de una sola vez y atendiendo a un meditado proyecto arquitectónico. La Mejorada Baja se articula en torno a un patio y un gran corral. El primero distribuye las dependencias residenciales y agrícolas, mientras que el segundo debió tener carácter ganadero. El acceso principal se realiza por una portada rematada por una espadaña en la que aparece el nombre de la hacienda y el número “29”. Esta portada está retranqueada respecto al molino y la capilla que la flanquean. Esta última es claramente de carácter público, teniendo una barroca y movida portada, con un interior muy sencillo y sin tribuna. A pesar de que hoy está en alberca, este oratorio tuvo en origen un sencillo tejado a dos aguas.
El patio está flanqueado a la izquierda por la primera y más pequeña de las dos almazaras de la hacienda. De ella se conserva la torre de contrapeso, en fachada, y, a los pies de la que sería la nave de la prensa de viga, restos de la bodega, con algunas tinajas semienterradas. Mas allá de esta almazara y al fondo del patio se disponía el señorío, del que todavía se pueden rastrear chimeneas, galerías y escaleras. Esta opulenta vivienda es de dos plantas, con una altísima torre mirador. La planta baja de la edificación del fondo es una sala hipóstila, con varias filas de toscas columnas de piedra y solería de ladrillo y piedra, que parece que pudo tener alguna relación con las almazaras, y quizás sirviese para el lavado o el almacenamiento de la aceituna. En el lateral derecho del patio, junto a la portada, estaba la vivienda del guarda, junto a una fuente, y al fondo, la segunda almazara o almazara grande, que se organiza de forma tradicional, de forma que la primera nave es la de la prensa de viga, que conserva la torre de contrapeso, en la que aparece un azulejo que indica “Se construyó esta torre año 1860”. El cuerpo superior de la torre está abierto en sus cuatro frentes. Junto a la cabecera de la nave de la viga estaba el molino, del que todavía se conservan la solera y los pesebres de madera de las caballerías que movían los rulos. Por último estaba la bodega, con grandes tinajas enterradas. En esta nave todavía puede verse la prensa hidráulica que sustituyera a la de viga. Junto a este núcleo se encuentra un vasto corral tapiado con un gran tinao en fachada, articulado mediante una fila de arcos longitudinales sostenidos por columnas de mármol.
Es obligado referirse en la Mejorada Baja a su extraordinaria policromía original, que se extendía por todos los paramentos del edificio. Incluso la tapia que rodea el corral tiene motivos esgrafiados, igual que las almazaras y el señorío. Esta decoración parece que jerarquiza las dependencias, ya que el señorío es donde estas labores son más ricas y coloristas, con tonos blanco, almagra y albero. A ello hay que sumar el color de las labores cerámicas que rematan las torres de los molinos, torre-mirador y capilla, acabados que en origen debieron dotar al edificio de una imagen extraordinariamente colorista. (Texto: Patrimonio Inmueble de Andalucía)
Del señorío se pueden vislumbrar chimeneas, galerías y escaleras; siendo una vivienda de dos plantas con una altísima torre mirador.
Solicitada su declaración como Bien de Interés Cultural. Actualmente protegido por el PGOU de Los Palacios y Villafranca
Edificio en estado de abandono, sometido a procesos destructivos por expolio y vandalismo. Pérdida de todas las cubiertas y desaparición de materiales nobles. Recientes derribos en muros de cerramiento.
Avanzado proceso de deterioro. Riesgo de hundimientos. Se ha denunciado públicamente en numerosas ocasiones el proceso de destrucción permanente que sufre este edificio desde hace 10 años. Vandalismo y expolio.
2016
La Mejorada Baja, una Hacienda que necesita ayuda. Cultura de Sevilla, 15 de febrero
2015
La Mejorada Baja, una bella hacienda palaciega del siglo XVIII que se cae a pedazos. ABCdesevillaProvincia, 18 de noviembre
Enlace:
Base de datos de Patrimonio Inmueble de Andalucía. Guiadigital.iaph