Hospital de San Antón Abad

PATRIMONIO CIVIL, Edificios singulares

Información general

Historia:

El Hospital de San Antón Abad es el más antiguo de Úbeda y se encuentra situado en la parroquia de San Lorenzo. En varios registros del archivo municipal se citan casas linderas al hospital en la collación mencionada.

Este hospital tenía carácter de encomienda, es decir, sus empleados estaban exentos de impuestos, milicia y otras cargas, por privilegio de los reyes D. Alfonso X, D. Enrique II, D. Fernando y D.ª Isabel, D.ª Juana y su hijo el Emperador D. Carlos, D. Felipe II y D. Felipe III, como consta en el privilegio de confirmación de D. Felipe IV, en el que se citan todos los anteriores. Por este documento, se entiende que su fundación fue a raíz de la conquista que tuvo lugar en 1234.

El hospital tenía un juez apostólico, demandaderos, colectores, criados y familiares para el cobro de rentas, frutos, diezmos y limosnas, lo que indica que tenía gran importancia en la zona. En el hospital se curaba del ergotismo, un tipo de herpes popularmente conocido como «fuego de San Antón» o «fuego del diablo», enfermedad bastante frecuente en la Edad Media.

Descripción:

El antiguo Hospital de San Antón Abad, se encuentra situado en la calle Afán de Rivera nº 1, muy cerca de la Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares y tiene una extensión de casi 1000 metros cuadrados. Está compuesto por un gran patio de columnas de entrada, varias naves, cantinas y una capilla con frescos que se conserva en la casa anexa. En la portada, aparece la cruz tau o con forma de T, tan característica de la Orden de Temple , así como algunos roleos góticos.

Grado de protección legal:

Plan Especial de Protección del Centro Histórico (PEPCH ) GRADO 4

Estado de conservación:

Actualmente, se encuentra en estado de ruina, completamente abandonado y sufriendo de esta manera un desgaste progresivo. Además, se aprecian daños estructurales, desplazamientos de sillares y notables deterioros en algunos elementos del conjunto. Las cubiertas y cierres están hundidos y dañados, permitiendo la entrada de agua de lluvia y aumentando el riesgo de desplome.