La iglesia se empezó a construir en el siglo XII, y sufrió reformas en el siglo XVII o XVIII. Pertenece al pueblo de Arbaniés, del cual conocemos ciertos datos. Por ejemplo, en agosto de 1391, el rey Juan I de Aragón vendió al monasterio de Montearagón toda jurisdicción sobre Arbaniés. No fue la última vez que un monarca de Aragón intervino en su historia, sabemos que el 23 de marzo de 1428 el rey Alfonso V de Aragón prohibió enajenar Arbaniés en premio a la luición hecha por su universidad, y el 3 de agosto de 1357 el rey Pedro IV de Aragón ordenó que no se vejase a Teresa Díez de Mendoza, dueña de Arbaniés. Se conoce el nombre de otros propietarios del municipio: en febrero de 1440 era dueño Martín de Anzano y en 1610 era Gaspar de Gurrea. En cuanto a la evolución urbana del pueblo, tenemos constancia de que en 1845 Arbaniés tenía 40 casas, escuela para 20 alumnos, y el agua se cogía o bien de la llamada fuente de Fayed (en verano) o de la fuente de Picada (en invierno). Entre 1970 y 1980, a causa de su reducido tamaño, Arbaniés se incorporó a Siétamo. La inclusión del núcleo al ayuntamiento de Siétamo supuso un cambio negativo en la evolución local, lo que ha propiciado el paulatino desuso y deterioro de la iglesia parroquial. No obstante, el edificio sigue siendo el protagonista de las fiestas de Arbaniés en honor a Nuestra Señora de los Ángeles, que empiezan a celebrarse el 15 de agosto con una misa y un vermut, y continúan el fin de semana siguiente a ese día, destacando el concurso de tapas «o bocao de Arbaniés» organizado por la asociación cultural El Cuerno, y la cena popular. Actualmente su propietario es el Obispado de Huesca.
En su origen, era un iglesia de nave única terminada en un ábside de tambor cubierto con cuarto de esfera. En el siglo XVII o XVIII se añadieron las naves laterales, se destruyó la portada medieval y se construyó la portada que hoy podemos ver. En cuanto a las pinturas murales, pertenecen al siglo XIV, concretamente al estilo gótico lineal. Situadas en el interior del ábside, constan de dos partes. Una de ellas está formada por cuatro escenas, a la izquierda tenemos representadas la entrada de Jesús en Jerusalen y la Resurección de Lázaro, por ese orden. A la derecha tenemos el camino de Jesús hacia el Calvario y la lapidación de Cristo por los judíos. Entre las cuatro pinturas se representa un arco. La segunda parte representa a María, que está a los pies de la cruz. Las figuras son hieráticas, perfiladas con un fuerte contorno negro. Son pinturas al temple en colores blanco, rojo y verde, menos la Virgen que lleva un manto amarillo. Están pintadas sobre un fondo azul oscuro con estrellas de ocho puntas.
Sin protección específica
El edificio se encuentra en malas condiciones. Las pinturas murales son el elemento que corre mayor peligro.
Peligro de pérdida de las pinturas murales.
Enlaces:
Arbaniés. Wikipedia
Románico Aragonés La guía digital del Románico.