La ermita hoy conocida como de San Lorenzo (que aparece citada también como de San Cristóbal) se sitúa a las afueras de El Olmillo, localidad que era denominada antiguamente como San Cristóbal de las Covachuelas o de Barbolla. En el siglo XVI ya aparece como Olmillo. La ermita, construida en su mayor parte en el siglo XIII, fue ampliada y restaurada en el XVII; posteriormente fue abandonada y sus restos se reaprovecharon como cementerio. Actualmente permanecen en pie, aunque con serio peligro de derrumbe, la cabecera y los muros de la nave.
Sencillo templo de nave única, presbiterio y ábside semicircular, realizado en mampostería. A lo largo de toda la cabecera, el muro sur y un pequeño tramo del muro norte encontramos un buen número de canecillos originales sosteniendo lo que queda de las cornisas. En la cabecera, tanto la cornisa como los canecillos son de perfil de nacela, excepto uno del tramo sur del presbiterio que exhibe tres rollos. De las tres ventanas que se abrieron en el ábside (la norte actualmente cerrada), es la central la que adquiere un mayor desarrollo a partir de un arco de medio punto liso que apoya en columnas coronadas por rudos capiteles vegetales y cimacios con frutos estriados. Destaca la portada de la fachada sur, de tres arquivoltas: la interior presenta flores de cuatro pétalos inscritas en círculos concéntricos, la segunda de zigzag y la tercera es de bocel trasdosada por una original chambrana de dientes de sierra perlados. En el lado norte se adosó una sacristía de la que solo persisten los muros, mientras que al sur se añadió en el siglo XVII otra estancia con funciones de sacristía, que configura una especie de atrio.
Al interior, destacan varios capiteles decorados, tanto en el arco triunfal como en el fajón que separa el presbiterio del ábside. En el lado del evangelio del arco triunfal, el capitel de la rosca interna se decora con un astrágalo sogueado, frutos estriados, cabecitas humanas y un cimacio de bolas con caperuza, mientras que la columnilla de la rosca externa se corona con una cabeza masculina y una flor tetrapétala inscrita. En el del lado de la epístola, en la rosca interna, volvemos a encontrar el astrágalo sogueado y el cimacio de bolas con caperuza, pero esta vez la cesta está ocupada por dos cabezas, una masculina y otra femenina, que expulsan tallos por la boca, mientras que en la columnilla de la rosca externa tan solo queda libre del enfoscado de cal una hoja acogollada. En cuanto a los capiteles del fajón interior, en el de la epístola encontramos una peculiar representación de Daniel que viste larga túnica e introduce las manos dentro de la boca de los leones. En el del evangelio hay una escena festiva compuesta por un hombre itifálico que se aproxima ansioso a una mujer, que exhibe sin pudor su sexo, mientras un músico toca el rabel. Esta escena situada tan cerca del altar resulta un tanto desconcertante pero, dado que por la zona hay otras iglesias en las que se repite esta circunstancia y en las que no hay ninguna otra alusión que pudiera entenderse como condena de la lujuria, se ha llegado a la conclusión de que estamos ante una alusión al rito del “risus paschalis”.
Catalogada.
Ruinoso por abandono. La ermita ha perdido la cubierta salvo en el presbiterio y el ábside. Se encuentra ocupada por el cementerio.
Deterioros por el abandono y la falta de cubierta.
Bibliografía
VV. AA. El Olmillo, Enciclopedia del Románico en Castilla y León. Segovia, Vol. II, págs. 1021-1026. Fundación Santa María la Real, 2007.