El trabajo del azúcar en Andalucía se remonta al siglo X, pero con la llegada de la Revolución Industrial el sector experimentó un espectacular desarrollo, especialmente en las regiones costeras. En el caso de la localidad malagueña de Maro, hay que remontarse hasta el siglo XVI, cuando el señorío fue adquirido por el licenciado Armengol, con quien se iniciaría el trabajo de la caña de azúcar en estas tierras.
El ingenio azucarero de Maro cambiaría de propietario en varias ocasiones en las siguientes décadas, hasta que finalmente, en el siglo XVIII, como consecuencia del matrimonio de la heredera de José Miguel Cañaveral con el marqués del Salar, D. Fernando Pérez del Pulgar, las tierras de Maro pasaron a manos de la familia Pérez del Pulgar. Hacia mediados del siglo XIX, aproximadamente tres cuartas partes de la herencia original estaban en posesión de Joaquín Pérez del Pulgar, quien además contaba con numerosas propiedades en la región de Nerja. Así, en el siglo XIX el nombre de la familia ocupaba un lugar destacado en la industria, siendo dueños del Ingenio de Armengol y de la azucarera-alcoholera de San Joaquín, ambas ubicadas en Maro.
Después del fallecimiento de Joaquín Pérez del Pulgar, la propiedad pasó a manos de sus hijos, y posteriormente fue vendida al Banco Hipotecario. El marqués de Tous aprovecharía la ocasión para hacerse con las instalaciones, aunque escaso tiempo después volverían a ser transferidas, en este caso a la Sociedad Azucarera Larios (1930). Las fábricas de Larios se agruparon en dos sociedades: la Sociedad Industrial y Agrícola del Guadiaro, que abarcaba la costa occidental de Málaga y la zona gaditana, y la Azucarera Larios, que se encargaba de la zona de la Axarquía, Málaga capital y Motril (Granada). Esta última sociedad fue la que asumió el control de la “Fábrica de Maro”.
Durante la última mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, el cultivo de la caña y la producción de azúcar desempeñaron un papel importante como motor económico en la costa malagueña. Sin embargo, con el paso del tiempo, este sector experimentó una decadencia significativa y en la actualidad solo un ingenio azucarero en Frigiliana se mantiene activo, dedicado exclusivamente a la producción de miel de azúcar.
El Ingenio azucarero de San Joaquín es una antigua fábrica malagueña situada en el término de Maro. La dedicación de este ingenio era la explotación de la caña de azúcar. Los inicios productivos de este lugar pasaron por la obtención de azúcar refinado y de azúcar antillano, aunque a medida que avanzaban los medios y la tecnología se incorporó también la producción de licores.
La fábrica de San Joaquín abarcaba una superficie de 37.000 metros cuadrados, aunque la extensión es mucho mayor si se agregan todas las instalaciones y tierras adyacentes, como las propias superficies de cultivo, en el conocido como Tablazo de Maro (1.420.160 m²), el acueducto del Águila(construido en 1870), las viviendas de los trabajadores o el estanque para el almacenamiento de agua. El complejo principal se organiza en una estructura de tres naves, siendo la central la de mayores dimensiones, empleándose en todas ellas vanos rebajados.
Plan Especial Protección del Sitio Histórico Paraje Pintoresco de Maro
A lo largo de los años, el estado del Ingenio de San Joaquín de Maro ha experimentado cierto deterioro debido a la falta de mantenimiento y a los embates climatológicos. Los edificios y estructuras presentan signos evidentes de desgaste, con paredes agrietadas, tejados dañados y elementos ornamentales desprendidos. La vegetación ha invadido algunos sectores del complejo, contribuyendo a la degradación de las estructuras.
La falta de medidas de conservación y protección adecuadas ha derivado en el deterioro de elementos clave de la maquinaria azucarera, con la consecuente pérdida de su funcionalidad original. Las antiguas calderas, molinos y otros dispositivos presentan señales de corrosión y oxidación, lo que compromete su integridad y dificulta su restauración. Además de todo ello, el Ingenio de San Joaquín de Maro ha sido objeto de actos vandálicos y saqueos, lo que ha agravado su estado de conservación.
El Ingenio Azucarero de San Joaquín no se limita a una simple fábrica azucarera, sino que se trata de un gran complejo industrial, a través del cual podemos recrear las estructuras y distribución que estos solían adquirir en su momento de máximo esplendor, dado que aún preserva restos de las viviendas para capataces, así como las de empleados, la casa-recreo e incluso el estanque. Esta y otras tantas razones acucian a llevar a cabo un proceso de rehabilitación y puesta en valor del inmueble, así como su incorporación a las categorías de protección pertinentes.
2017
La verdadera historia de la fábrica de azúcar de Maro. Sur. 19 de noviembre.
2011
El rastro del azúcar. Málaga Hoy. 27 de mayo.
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