La fecha de construcción de la ferrería es incierta. No se menciona en el catastro del marqués de la Ensenada en 1751, donde sí aparecen varios molinos de agua cercanos cuyo cauce y presa pudieron ser aprovechados para construir la ferrería.
La ferrería de Lugar del Río, denominada «El Infierno», aparece citada por primera vez en 1856 en un documento del archivo municipal de Haro al referirse al partido judicial de Nájera, por lo que su fecha de construcción se estima en unos años antes. Todo hace indicar que, entre 1855 y 1885, la actividad siderometalúrgica del alto horno de la ferrería debió ser muy abundante, toda vez que a su alrededor se construyeron por la zona del Alto Valle del Oja y Cárdenas otras ferrerías, como la de Ezcaray, Posadas, Azarrulla, Mansilla o la de Tobía. Todas ellas eran similares y estuvieron apoyadas en unas buenas condiciones naturales (con abundancia de minerales y madera), que permitieron la expansión de la actividad fabril en la zona.
La ferrería dejó de funcionar alrededor de 1890, aunque continuó manteniendo una actividad artesanal a lo largo de las décadas siguientes.
Su propiedad cambió a lo largo de los años, perteneciendo primero a la «Sociedad Herrán y Compañía» de Ezcaray, y posteriormente a «Señores Goitia y Cía», entre otros. Actualmente es una propiedad particular.
En esta antigua instalación siderúrgica se transformaba el mineral de hierro en metal. Las condiciones de la zona eran propicias para su construcción, pues gracias a los yacimientos de hierro abundantes, la riqueza forestal, las corrientes rápidas de agua para mover la maquinaria hidráulica, y la cercanía al País Vasco (donde había personas especializadas en esta actividad), se favoreció su desarrollo.
Esta ferrería cuenta con un alto horno de unos 12 metros de elevación, y consumía carbón vegetal de haya como combustible. Detrás de la fachada principal de la ferrería de Lugar del Río, y en una zona elevada, se sitúa el canal de agua. La energía que se producía en la caída del agua se utilizaba para mover las ruedas de 3,9 metros de la maquinaria interna. A la zona llegaron trabajadores con experiencia en siderometalurgia, provenientes sobre todo del País Vasco y el País Vasco Francés.
Sin protección específica
Tras unos cien años de total inactividad en el lugar, el estado de esta construcción es muy deficiente. Prácticamente solo se conserva el alto horno de la ferrería, así como las paredes de lo que antiguamente formaba parte de la misma. El acceso al lugar está cuidado, pero no así su interior. Este, al ser de propiedad privada, es pasto de la frondosa vegetación que rodea el lugar y año tras año avanza sobre la construcción, hasta el punto de resultar difícil su visualización.
Valor patrimonial alto y relevancia social. Situación de abandono y vulnerabilidad.
Enlaces
La Ferrería de Lugar del Río. Myriamleon.com, 2018.
Bibliografía
Ojeda, R., Algunas notas sobre la siderometalurgia tradicional riojana. Berceo, Núm. 116, Logroño, 1989.Pág. 171-188.