Monasterio de Santa María de la Vega

PATRIMONIO RELIGIOSO, Conventos y monasterios

Información general

Historia:

El monasterio se funda por voluntad de Rodrigo Rodríguez Girón y su esposa Inés Pérez en terrenos de su posesión, con la intención de donarlo a la orden del Císter y ser enterrados allí junto con sus descendientes. En 1215 se formaliza un documento donde se dota económicamente el nuevo establecimiento, al tiempo que los fundadores se comprometen a construir una iglesia y la dependencias necesarias para acoger la nueva comunidad cisterciense. Un año después Enrique I de Castilla hace una importante donación económica a favor del nuevo monasterio, ejemplo que siguieron los descendientes de los fundadores y varios monarcas posteriores. Papas como Honorio III, Inocencio IV y Alejandro IV confirman las donaciones y los derechos obtenidos por la comunidad, aunque su relevancia nunca trasciende el ámbito regional. Entre los siglos XVII y XVIII se reforman las construcciones, especialmente las dependencias monásticas. A comienzos del siglo XIX el complejo se ve afectado por la Guerra de la Independencia, quedando reducido a ruinas tras la dispersión de la comunidad. Tras las diversas desamortizaciones el lugar pasó a manos particulares, los bienes inmuebles —especialmente los sepulcros— fueron vendidos y los edificios se adaptaron como vivienda y para las tareas agrícolas de la finca.

En la actualidad los sepulcros se conservan en el Hispanic Society de Nueva York.

Descripción:

Actualmente sólo se mantienen en pie restos de la iglesia: el ábside central, con tramo semicircular y dos tramos rectos, y el ábside del lado de la epístola, con un único tramo rectangular. También parte de dos alas —norte y este— del claustro, con galería en dos plantas recorridas por arcadas apoyadas en pilastras. El edificio se construyó en ladrillo, siguiendo los esquemas mudéjares de la escuela de Sahagún y adoptando esquemas arquitectónicos protogóticos.

Por su parte, la iglesia es de planta basilical con tres naves separadas por arcos posiblemente apuntados, y con tres capillas en la cabecera, siendo la central más grande que las laterales —a las que se accedía por un arco de triunfo apuntado—. Los ábsides que se conservan están cubiertos por bóvedas de horno, la central apoyada en gruesos nervios; los tramos rectos de ambas capillas están cubiertas mediante bóvedas de cañón apuntadas. El ábside central está perforado por tres ventanas en aspillera con gran derrame hacia el interior, ya que en el momento de la construcción aún no se había generalizado el uso de retablos.

Grado de protección legal:

Declarado Monumento Histórico-Artístico el 3 de junio de 1931.

Estado de conservación:

En ruinas. Abandonado. Destinado a pajar y establo de ovejas.