La fundación del convento de San José tuvo lugar en 1588, momento en el que Ambrosio Mariano, enviado por Felipe II a revisar las obras del colegio del Corpus Christi, propuso al patriarca Ribera la fundación de un convento para religiosas carmelitas descalzas bajo la regla de Santa Teresa, respondiendo el conjunto a los esquemas fijados por la orden a raíz de la reforma de la santa y definidos ya en el monasterio de la Encarnación de Ávila.
El asentamiento definitivo se llevó a cabo en 1609, y las monjas se trasladaron junto a la plaza Portal Nou de Valencia, donde se edificó el monasterio definitivo, el cual debió construirse entre dicha fecha y 1628, cuando se trasladó el Santísimo Sacramento de la iglesia antigua a la definitiva.
La iglesia de San José mantiene las trazas de su construcción reconocibles a pesar de sus intervenciones posteriores y está en la línea de sencillez de formas y espacios reducidos aconsejados por la mona abulense, propios de los conventos de la primera época. La planta de cruz latina, de nave de tres tramos con coro alto a los pies, crucero poco sobresaliente y testero recto. La nave se cubre con bóveda de cañón atravesada por lunetos y el transepto con cúpula de media naranja. A este sencillo esquema se le añaden una sacristía en el brazo izquierdo del crucero, cubiertas de bóvedas vaídas y sendas capillas inmediatas al crucero, una de ellas cubierta por bóveda de arista y la otra por cúpula de media naranja con lunetos. El exterior de la iglesia muestra sencillez, recogimiento y austeridad que se plasman en el ocultamiento de las estructuras arquitectónicas que pudieran ser más llamativas, como las dos cúpulas que no llegan a trasdosarse, sobre todo la de la capilla de Santa Teresa, que queda totalmente embebida en el juego de techumbres. A ello se une el empleo casi exclusivo de ladrillo visto o recubierto en los muros y teja de las techumbres. La cúpula del crucero se cubre con un cimborrio cuadrangular, destacando el empleo de ventanas en abanico para dar luz a los camaranchones, que muestran el eco herreriano. La espadaña es el único elemento que se equipara a la altura de la cúpula del crucero, adquiriendo así cierto protagonismo. Se sitúa perpendicular a la fachada en plano retranqueado y está construida en ladrillo visto. La fachada es exponente del modelo clasicista propio de finales del siglo XVI y principios del XVII, proveniente de Castilla. De ladrillo revestido, consta de un cuerpo rectangular flanqueado por pilastras muy planas y frontón triangular con óculo. Destaca su carácter desornamentado con puerta adintelada, edículo dórico-toscano y frontón rematado con bolas y cruz, prescindiendo de cualquier escudo a diferencia de otras fachadas contemporáneas. La ventana posiblemente fue incorporada en 1766, cuando se renovó el coro alto para darle iluminación. Al interior, la iglesia es de dimensiones reducidas por su carácter conventual con sus estucos dorados. Las pilastras y entablamento, son de orden toscano muy plano, con fuste, capitel y friso lisos. El aspecto primitivo debió ser muy austero y junto a las pilastras de gran sencillez, cintas azules recorrían los bordes de los paramentos, posteriormente doradas. Las cubiertas con técnica tabicada de ladrillo, bóveda de cañón atravesada por lunetos en la nave, bóvedas vaídas en la sacristía, y cúpula de media naranja sin tambor en el crucero, sitúan a esta iglesia en la corriente de introducción del Renacimiento técnico en tierra valenciana.
BRL-EEIL
En 1970 todo el convento fue restaurado y ampliado por Luis Gay Ramos, y a comienzos del siglo XXI fue fue adquirido por un grupo inmobiliario valenciano.
La iglesia presenta daños en las cubiertas de algunas de las capillas laterales, con crecimiento de vegetación, filtraciones y humedades en el interior. Las fachadas exteriores y la puerta presentan numerosas pintadas que se han ido acumulando sin que se hayan ido retirando o evitando su propagación.
En 2007 fue objeto de un expolio de las piezas cerámicas, extraídas sin el permiso de la Dirección General de Patrimonio.
En 2018, tras quedar en manos de una empresa privada, el recinto fue planteado como un espacio sociocultural, pero según los técnicos que hicieron la inspección y el informe, la actividad predominante era la restauración, planteándose así la transformación del antiguo convento en un centro cultural y gastronómico.
Finalmente el Ayuntamiento de Valencia ordenó el 4 de marzo de 2020 el cierre de este espacio sociocultural porque la actividad que se desarrollaba en el centro no se ajustaba a la normativa municipal. De hecho, en la inspección técnica realizada se comprobó que el proyecto técnico no coincidía con el ejecutado.
Completamente abandonado y degradándose. En las fachadas se han colocado telas para proteger de los desprendimientos y filtraciones en las capillas. Se halla cubierto de pintadas delictivas. Fue objeto de un intento de okupación en septiembre de 2023 que fue frustrado por la policía local de Valencia.
2023
Pintadas en el convento y con la iglesia de San José y Santa Teresa. Noticias Ciudadanas, 15 de agosto.
2018
El antiguo convento de San José será un centro cultural y gastronómico. Las Provincias, 31 de agosto.
2007
Las monjas desmantelan el convento de San José tras su venta para un hotel de lujo. Levante, 19 de abril.
Enlaces
Convento de San José y Santa Teresa. Arquitectos de Valencia.
Monasterio de San José y Santa Teresa (Carmelitas Descalzas). Cultural València.