Órgano barroco de la iglesia de San Martín de Busto de Bureba

PATRIMONIO RELIGIOSO, Iglesias y capillas

Información general

Historia:

El órgano puede fecharse por su composición al uso de los órganos realejos clásicos a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. En caja barroca de madera de pino-olmo, con basamento entrepañado con pisas de nogal, estucado, imitando mármol y madera. El cuerpo superior presenta decoración dorada, adaptado posteriormente, que por su estilo y disposición de tubos parece fecharse en el S. XVIII.

La ubicación tosca en el coro alto en el lateral del lado de la epístola, hace pensar que fue traído de algún monasterio y colocado ahí. No costando la fecha de dicho traslado.

En los Libros de Fábrica del “Archivo Diocesano de Burgos”, desde 1853 hasta 1855 se anotan gastos para componer el órgano y desde estos años a 1902 aparecen asignaciones por honorarios al organista. A partir de 1917 la plaza de organista fue ocupada por D. Antonio Tapuerca, hasta 1953 que se dejó vacante y desde entonces no se ha vuelto a tocar.

Descripción:

El órgano barroco de Busto de Bureba tiene una personalidad propia: teclado partido, lo que permite una economía de recursos y una variedad tímbrica, con uno o más teclados y en lugar de pedalier contras (que sólo permite algunos sonidos de las escalas graves). Algunos registros se salen de la caja del órgano, como es el caso de la trompetería horizontal, lo que no sucede en otros órganos europeos, y sus registros están diseñados para crear contrastes, como en la escultura y la pintura el juego de luces y sombras, diferenciar planos sonoros que causen una impresión fuerte en el oyente, que impresionen.
Por el material de construcción de este órgano, parece que muchos de los elementos que se conservan  son los originales, como es el caso de los tubos.

Grado de protección legal:

Sin protección específica

Estado de conservación:

El estado actual en que se encuentra el órgano de San Martín no es bueno. Debido principalmente a los daños ocasionados posiblemente por su traslado y colocación en la ubicación actual. A esto se le une el desuso y un largo abandono y el vandalismo que ha sufrido, lo que ha ocasionado desperfectos en distintas partes del órgano (pedales, tubos, etc.). Además, el paso del tiempo y la presencia de polillas han dañado las maderas empleadas en su construcción, principalmente la de pino.