En el siglo XVIII el edificio del convento se reforma y se construye el actual palacio de dos plantas en mampostería y sillería de piedra arenisca, de estilo barroco, típico de la zona sobre todo de La Rioja Alta. Con vanos adintelados de oreja e inscripción en una viga del portal “Año de 1778”. En su interior hay una gran crujía con seis arcos diafragmas rebajados soportando techumbre de madera, decorados con cordón franciscano y apeando en ménsulas de pajes, que parecen del siglo XV. Quizá sea resto del convento franciscano que aquí hubo. En el siglo XVI fue reforzada esta crujía con pilares octogonales y columnas de capitel corintio hacia las claves. La planta tiene forma cuadrada con el palacio ocupando las alas sur y este, donde se encuentra la fachada principal, la iglesia situada al norte y edificios de servicio al oeste que conforman un patio en el centro.
El VII Conde de Hervías describe así el conjunto para el catastro de Ensenada: «Una casa palacio principal en esta Villa, de habitación alta y baja, con dos torres en los extremos, que tiene cincuenta y dos varas de frente, cincuenta de fondo y ocho y medio de altura. Tiene una plazuela enfrente cercada de pared de cal y canto que ocupa su terreno una fanega de tierra. Un corral sereno contiguo a ella cerrado de cal y canto, de cuatro celemines de tierra, que sirve para poner leña, cochera …»
Sin protección específica
El palacio se encuentra en un estado de ruina total y amenaza con desplomarse como un castillo de naipes. Buena parte de la fachada ya se ha venido abajo y la parte que no lo ha hecho presenta unas enormes barrigas que auguran su futuro desplome.
Hundimiento total.