Este palacio fue mandado construir por don Juan Remírez de Baquedano, en quien recayó el marquesado de Andía en 1700, que ostentaba la jurisdicción civil y criminal en los montes de Urbasa y Andía. El fiscal del reino urgió al Tribunal del Real Consejo para que ordenase al marqués fabricar casa y cárcel. La casa fue comprada por Echávarri, industrial maderero de Olazagutia, que remozó el edificio y sus alrededores, convirtiéndolo en hostal. Finalmente Echávarri vendió el palacio a la Diputación Foral de Navarra en 1989.
Consta de cuatro cuerpos ensamblados formando un rectángulo. En sus cuatro ángulos lleva otras tantas torres mochas y en el centro un patio. El zaguán es un porche abierto con elegante arcada de piedra labrada. La fachada ostenta el escudo de armas de los Baquedano esculpido en piedra con gusto barroco. Nadie de la familia habitó el palacio, que se redujo a ser residencia de los caseros de los marqueses y del capellán de la capellanía-abadía. Se convirtió en el refugio de todo transeunte de Urbasa y de pastores y ganaderos.
Sin protección específica
Abandonado.
Deterioro por abandono. Vandalismo.
Bibliografía
García de Albizu, B. El palacio amescoano de Urbasa, vol 2, 2010