Pazo El Real

PATRIMONIO CIVIL, Arquitectura Vernácula

Información general

Historia:

El Pazo de El Real, fue en su origen una factoría de salazón de pescado, la primera que se construyó en la península del Morrazo por iniciativa de una cooperativa de pescadores. Está situado en la que hoy es parte oeste del paseo marítimo de Moaña, aunque en su inicio esa zona era un enorme arenal donde el agua del mar llegaba hasta la misma edificación de piedra.

Según consta en el documento del 15 de mayo de 1775 ante el escribano de Moaña, Antonio Rubiños, se inició su construcción en 1775, aunque en el catastro figura como tal con fecha de 1800. En 1805, pasó a ser propiedad privada de un potentado de la zona, José Fernández Guerra, abandonando su primera función pesquera para convertirse en finca de labradío y residencia de recreo familiar y de sus sucesores. Fernández Guerra, fue bisabuelo materno del almirante Casto Méndez Núñez y ha sido esta familia con título nobiliario (marquesado) y de gran influencia social en Vigo y en Pontevedra en el siglo XIX y primer cuarto del siglo XX, la que ha habitado el pazo hasta el año 2000.

Desde ese momento y tras su venta, el deterioro del pazo ha sido inexorable pues, además del abandono por estar deshabitado, se sumó el incendio que sufrió en el año 2010 y que arrasó toda la madera.

Descripción:

Se trata de un conjunto de edificaciones de piedra que conforman, junto con su finca circundante, un tradicional pazo gallego, con la particularidad de que se construyó a pie de playa, con unos muros de piedra de contención muy gruesos, altos y extensos.

Consta de un edificio residencial grande principal, blasonado, con otras pequeñas construcciones anexas: hórreo, palomar, capilla, almacén, escalinatas, surtidores y pozo, todo edificado en piedra del país. La superficie construida es de 875 metros cuadrados y la finca es de 37.657 metros cuadrados. Se sitúa frente al mar con vista completa y libre hacia la ría de Vigo.

Grado de protección legal:

La Dirección General de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia lo tiene registrado como bien merecedor de protección

Estado de conservación:

Se mantienen en pie todas las estructuras de piedra aunque invadidas por la maleza. La capilla está muy deteriorada y vandalizada en el interior, pero conserva bien el tejado. En el interior de la casa grande que tenía tres alturas (bajo cubierta, planta superior y planta inferior) y en las zonas que se utilizaban como bodegas y almacenes, se acumulan los restos del incendio, por lo que es muy dificultoso y un riesgo para la seguridad abrirse paso. Conserva escalinatas, surtidores, pozo, hórreo, palomar y restos de otras pequeñas construcciones que configuraban la fábrica de salazón primigenia. Las bodegas conservan las distintas pilas, canalones y estanques típicos para tratar la salazón del pescado.