El puente, así como la calzada que lo continúa y otro pequeño puente de dos ojos sobre el caz del Molino de Angulo (del que solo quedan unas piedras) fueron construidos en 1583, bajo el reinado de Felipe II y por mandato de este monarca el 18 de noviembre de 1582, a petición del Concejo de la villa de Arenas, como puede leerse en el legajo nº 585 (Encomienda de Arenas 1582-1773) de la Secretaría del Infante don Gabriel, que consta en el Archivo General de Palacio (Madrid):
«… por provision rreal de su magestad librada por los del supremo consejo de su magestad se dio liçencia y mandaron de pedimiento del conçejo de la villa de Arenas se hiziese una puente de piedra y cal en el rrio que llaman Giguela por ser como era muy peligroso y de muy malos pasos de tal manera que no se podia pasar por el a pie, ni a cavallos sin gran peligro de los pasajeros y animales…»
Las trazas para la construcción del puente fueron diseñadas por los canteros Juan de Arribas y Juan de Gurgumandia “el Mozo”, así como por los albañiles Diego Martín Tapiador y Diego López, todos de Daimiel. Como exigía la norma, fueron pregonadas en los pueblos de la comarca, resultado elegidos, para la ejecución de la obra, los canteros Juan Díaz Galán, su hermano Francisco y Juan de Espinosa, residentes en Ciudad Real.
La obra se presupuestó en 1.500 ducados y fue costeada por la venta de la bellota de los montes aledaños, según consta en el citado documento:
«…la qual dicha puente se podia hazer con mill e quinientos ducados y porque el d[ic]ho conçejo era pobre e no tenia propios ni rrentas con que la poder hazer suplicandonos le mandasemos dar licençia e facultad para que se pudiesen rrepartir entre los vezinos de los pueblos de la comarca que resçibian aprovechamiento de la dicha puente e quando sea lugar no oviese se le diese liçencia para que pudiesen vender la vellota de un monte que tenian por tiempo de dos meses en cada un año e que la pudiesen vender por tienpo de çinco años…»
La construcción del puente se inició siendo Diego Gonçalez de Ávila teniente de alcalde, Juan de Mera y Juan Fernández de la Rubia, regidores y Juan López de Çervantes, alcalde ordinario. A la finalización de la obra, los miembros del concejo habían cambiado. El alcalde era Francisco de Oviedo y el regidor Antón Ruiz. Ambos fueron puestos en prisión por no realizar el último pago a los canteros.
Según consta en un documento del Archivo Histórico Nacional, el arquitecto Joseph de Palacios San Martín realizó, en 1779, un proyecto para su reconstrucción, pero no llegó a materializarse.
En 1883, sí se llevó a cabo una restauración diseñada por el afamado arquitecto provincial Cirilo Vara y Soria, cuyos planos, detalles y presupuesto se conservan en el Archivo General de la Diputación Provincial de Ciudad Real. En esta reparación se llevó a cabo el cerramiento de algunos arcos para garantizar su estabilidad.
Actualmente el puente se encuentra en estado de abandono. Las instituciones regional y municipal han presupuestado un carril bici y un paseo peatonal en la antigua carretera que hay a continuación del puente, sin destinar nada a la reparación del mismo.
El puente formó parte de la carretera que unía Daimiel con Puerto Lápice, hasta que se trazó la CN-420 Conserva seis arcos originales realizados en sillería. Los estribos, pretiles y muros se realizaron en fábrica de mampostería y la bóveda del arco se realizó en ladrillo.
En el Catálogo de Bienes protegidos del Plan de Ordenación Municipal de Arenas de San Juan
El estado de conservación es lamentable, pues se ha abierto una gran grieta en la calzada y las piedras que se han ido desprendiendo no han sido repuestas. Aparte de la degradación por el paso del tiempo, en algunos periodos se han sacado piedras de su base de sustentación, lo que ha originado su mal estado geotécnico.
Su valor histórico como patrimonio material debería ser motivo suficiente, pero en ocasiones, muchas por desgracia, la desidia administrativa y política no es capaz de actuar con la sensibilidad necesaria para defender el acervo heredado de nuestros antepasados. La intención es proteger nuestra historia, nuestra identidad, y en la medida que se considere oportuno, para poder tener la ocasión de ponerlo todo en valor y usarlo como herramienta para revitalizar la localidad y el turismo. En importante poner en valor ideas en las que se respeten los valores, condicionantes y singularidad de esta construcción y su enclave. Un proyecto que demuestre la destreza del que sabe compatibilizar patrimonio histórico y su conservación.
2012
Inquietud en Arenas de San Juan por la creciente grieta en el Puente Romano. ABC, 7 de marzo
Enlaces
A PROPÓSITO DE NUESTRO PUEBLO: VILLARTA DE SAN JUAN. Blog José Muñoz Torres.
Bibliografía
CAGIGAS ABERASTURI, ANA ISABEL. «Los maestros canteros de Trasmiera«. Tesis doctoral, Santander, diciembre 2015
MUT CALAFELL, ANTONIO, con la colaboración de Jose Luis de la Peña García. «Inventario del archivo del Infante don Gabriel de Borbón». Archivo del Palacio Real de Madrid. Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, 1985.